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Seis años de cárcel para tres 'mossos' por torturar y lesionar a un detenido

La víctima, de origen rumano, fue confundida con un delincuente.- Los agentes maltrataron a su novia, que estaba embarazada de tres meses

La Audiencia de Barcelona ha condenado hoy a penas que suman seis años y siete de cárcel a tres mossos d'esquadra por las torturas y lesiones infligidas a un ciudadano de origen rumano que fue confundido con un delincuente. Cuando se produjo la detención , Lucan P. iba acompañado de su novia, embarazada de dos meses, que también recibió un trato degradante de otros dos agentes. Uno de ellos ha sido condenado a dos años y tres meses de multa y otro a 2.400 euros de multa.

Los hechos se iniciaron la noche del 27 de julio de 2006, cuando los cuatro policías se abalanzaron en la calle sobre el ciudadano rumano y le propinaron "reiterados golpes y puñetazos por todo el cuerpo", relata la sentencia. El tribunal recuerda que los policías no se identificaron, que pisaron la cabeza del detenido contra el asfalto y que eso provocó que los transeúntes les recriminaran su actitud, a lo que los policías respondieron: "Dejadnos en paz, que estamos haciendo nuestro trabajo".

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A continuación, el detenido fue introducido en un coche patrulla conducido por el agente Manuel Farré Muñoz, y en el que viajaban también los policías Joan Salva Páez y Jordi Perisse Bresco. La sentencia asegura que éste último le introdujo su pistola en la boca del detenido, exigiéndole que lo reconociera todo y le amenazó con tirarlo por un barranco. "Si la juez te suelta, te podemos matar. No serás el primero", asegura la sentencia que le dijo ese policía al detenido, que fue obligado a viajar con la cabeza agachada y colocada entre los asientos. Además le agarraron del cuello y le golpearon con la pistola en la espalda.

El detenido lloraba y decía que era hemofílico

La sentencia relata que durante el trayecto, los agentes Sala y Farré también golpearon e insultaron "repetida e indistintamente" al detenido y que el policía Perisse se comportaba igual, aprovechando las paradas del vehículo. Mientras tanto, el detenido lloraba y rogaba que le dejasen de golpear porque era hemofílico. Una vez en la comisaría de Les Corts, los agentes aún apretaron más las esposas al detenido y le siguieron golpeando, mientras la víctima advertía de que se podía morir. "Más valía", respondió un agente, según la sentencia. Después fue obligado a introducirse en un cuarto, donde fue desnudado e ingresó en el calabozo. Fue entonces "y nunca antes", remarca la sentencia, cuando se le leyeron sus derechos como detenido y los motivos de su detención. Allí pasó la noche y a las 11.30 del día siguiente fue puesto en libertad, cuando todos los policías "se dieron cuenta de que se habían equivocado de persona". Poco después le pusieron en libertad. Lucian P. no era quien había cometido el delito de robo con violencia y lesiones en un comercio de la ciudad, origen del error policial, después de que algunos testigos lo señalaran con muchas dudas como el supuesto autor. Pero los Mossos d'Esquadra les creyeron.

El Departamento de Interior de la Generalitat ha asegurado esta tarde que ha iniciado el análisis de la sentencia antes de decidir "las medidas de carácter jurídico o profesional que habrá que adoptar en consecuencia".

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