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El preso por violaciones que no cometió asegura que confesó tras recibir amenazas de la Policía

Los agentes se cuestionan la culpabilidad de Rafael Ricardi, que lleva 13 años en prisión

Rafael Ricardi, el hombre encarcelado hace 13 años por haber cometido una violación que la Policía atribuye ahora a otros dos hombres, declaró ayer en los juzgados de El Puerto de Santa María (Cádiz) que la confesión que hizo en la cárcel de Topas (Salamanca) fue fruto de las amenazas de la Policía, informa hoy el periódico La voz de Cádiz.

El portuense se sentó ayer ante el juez Miguel Ángel López Marchena y explicó que quería acogerse al derecho a no declarar, aunque más tarde cambió de opinión. Comparecía en las nuevas diligencias que se han abierto tras la detención por el Cuerpo Nacional de Policía de otros dos hombres a los que los agentes atribuyen la violación por las que él fue encarcelado. Ricardi, de 48 años, cumple dos condenas de 18 años tras ser declarado culpable de violar a una joven en El Puerto en 1995. La víctima le reconoció por sus ojos -Ricardi es bizco- y la sentencia dio por buenos unos análisis genéticos que recientemente la policía puso en duda al detener a dos hombres, a los que cree culpables de aquel delito. Los agentes ya habían advertido en 2000 del posible error cuando un informe del Instituto de Toxicología determinaba que el semen encontrado en la víctima no era del reo. A pesar de ello la Audiencia Provincial de Cádiz rechazó entonces revisar la condena. Entendía que el encarcelamiento se había realizado con garantías.

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Ricardi, que ahora cumple condena en la prisión de Puerto III (Cádiz), se ha declarado inocente salvo en dos ocasiones. En agosto de 1999 le visitaron varios policías cuando cumplía su condena en la cárcel de Topas, según apunta el diario gaditano. Los investigadores querían que Ricardi aportara algún dato más para tratar de encontrar a la persona que supuestamente actuó con él, pues fueron dos las personas que participaron en la violación. Entonces el preso les dijo que un amigo suyo era el "verdadero cerebro", el que ideó el ataque y violó a la chica, continúa el periódico. Él les aseguró que se había limitado a mirar, a metros de distancia, cómo ocurría todo. Ahora, en cambio, modifica su declaración y asegura que lo hizo por las amenazas de la Policía, que le obligó a incriminarse a pesar de que ya había sido condenado.

Tres meses después de lo sucedido en la prisión salmantina Ricardi volvió a asegurar que él era autor de la violación. Ayer se desdijo de nuevo al ser preguntado en el juzgado y alegó no recordar el episodio. Además, según el diario, las respuestas evasivas fueron la tónica en el juez.

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