El príncipe Guillermo: "Os invito a unas cañas por la cagada de antes"

El Príncipe Guillermo de Inglaterra es novato en las lides de la Marina Real Británica. Ayer inició su formación de dos meses en este cuerpo del Ejército británico, como parte de su preparación para asumir en el futuro el liderazgo de las Fuerzas Armadas. Quizá por eso, estropeó parte de las maniobras de su equipo. El príncipe debía soltar anclas y tuvo algún problema, así que, prometió unas cervezas a sus compañeros para compensarles por el error.

Pese a ello, el director del entrenamiento, el comandante Paul Halton, dijo que el heredero lo había hecho "bastante bien".

El príncipe ha comenzado su andadura en la Marina en en un pequeño buque que opera en el río Dart. Su base está en la sede de operaciones de la localidad de Dartmouth, en el condado de Devon, por donde ya habían pasado su padre, el príncipe Carlos, y su abuelo, el duque de Edimburgo.

Un príncipe contra el narcotráfico

Este primer período se prolongará a lo largo de tres semanas. En ellas, William aprenderá las bases de la náutica antes de enrolarse en la fragata HMS Iron Duke, con base en el Atlántico Norte, que está encargada de las operaciones contra el narcotráfico en el Caribe.

El subteniente Gales, como se le conocé en el Ejército, irá armado en las operaciones contra el narcotráfico, si bien la peligrosidad será bastante menor de que la que preveía afrontar, puesto que su intención era estar con la Marina en el Golfo Pérsico.

El príncipe no irá al golfo para evitar el incremento de ataques terroristas. Esta decisión tiene antecedente en las actividades militares de su hermano Harry, quien tampoco pudo unirse en Irak al regimiento de los Blues and Royals al que pertenece. Se consideró demasiado peligroso.

Finalmente, el hijo menor del príncipe Carlos y Diana de Gales tomó parte en el dispositivo desplazado a Afganistán, aunque tuvo que regresar antes de tiempo después de que un diario australiano diera cuenta de su presencia en el país asiático.