Tres expertos proponen adoptar todas las medidas para superar el problema de la falta de agua

"No hay soluciones mágicas exclusivas y caben todas las medidas". Es la principal conclusión a la que han llegado el director de la Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua, Francisco Cabezas, el catedrático de Mecánica de Fluidos del Instituto Tecnológico del Agua, Enrique Cabrera, y el catedrático de Hidrogeología, Ignacio Morell, en su estudio El agua: una cuestión de Estado, elaborado a instancias de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y presentado hoy en Valencia.

Según el director del Instituto Euromediterráneo del Agua, para resolver el problema de la falta de agua "no valen las recetas universales", incluso "hay que desconfiar de ellas". Cabezas aseguró que la solución tiene que venir de una posición de integración y de relativismo en la que no debe descartarse nada, ni trasvases, ni desaladoras ni otras posibles medidas, y abogó por reconvertir los conflictos surgidos en oportunidades.

En síntesis, el informe propone la necesidad de alcanzar un acuerdo político a largo plazo sobre el agua por la vía del rigor y la objetividad que vaya más allá de las coyunturas. También subraya la necesidad de una definición estratégica, puesto que la respuesta a las grandes alternativas (trasvases, desaladoras) requiere un pronunciamento claro sobre el modelo territorial que se persigue. Cabezas, Cabrera y Morell apuntan como paso básico en este proceso que se mejore la información sobre el agua y que se divulgue, ya que muchas veces lo conflictos surgidos al respecto han sido "malentendidos magnificados".

La recuperación del buen estado de las aguas es otro de los objetivos prioritarios consignados en el estudio. Según los autores, más allá de la satisfacción de las demandas, que como objetivo prioritario puede admitir soluciones en precario, las actuaciones deben estar encaminadas a mejorar la calidad y el estado ecológico de las aguas superficiales, la regeneración de los acuíferos. Asimismo, se propone introducir incentivos económicos para favorecer el buen uso e impulsar programas de ahorro y modernización.

El informe, que revela que la Comunidad Valenciana se encuentra en una situación de precariedad y frágil equilibrio entre sus recursos y sus demandas hídricas, con márgenes muy reducidos de actuación en el futuro, plantea la necesidad de disponer de recursos adicionales sin exclusión, además de consolidar los recursos externos ya existentes. Cabezas puso el énfasis en el problema del agua en Alicante, cuya necesidad de recursos calificó de "imperiosa" en algunos puntos de la provincia.

Asimismo, el estudio insta a adaptar todas las medidas al fenómeno del cambio climático, ya que ello producirá un descenso de los recursos hídricos, y efectuar reformas administrativas tendentes a redefinir y potenciar los organismos de cuenca conforme a los mecanismos institucionales establecidos en la legislación de aguas e invertir la dinámica disgregadora introducida en algunos estatutos de autonomía.

AVE, lobby que reúne a los principales empresarios valencianos, encargó el informe en 2006 sobre las necesidades hídricas de la Comunidad Valenciana tras un encuentro con sus homólogos del Círculo de Economía de Cataluña, en el que se abordó el debate y las fricciones políticas surgidas a propósito de la derogación del trasvase del Ebro entre ambas autonomías.