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El burka masculino, la última frivolidad de la moda

Los diseñadores continúan la tendencia de vaciar de contenidos los símbolos políticos tras el aterrizaje en las pasarelas del 'palestina' o el jersey 'Evo Morales'

Un jersey "a lo Evo Morales", un pañuelo palestino chic o, lo último en llegar, el burka masculino de la llamada goggle jacket, son claros ejemplos de cómo la moda vacía de contenido símbolos políticos y culturales para capitalizarlos en el influjo de las últimas tendencias.

Esta chaqueta, cuya capucha se prolonga hasta cubrir totalmente el rostro, es el último grito en excentricidades de lo más fashion y todo un must -prenda obligada- en los escaparates de las tiendas sujetas a las tendencias, que dejan de lado su castrador significado para la mujer en la cultura islámica.

Aunque sus referencias al burka no han sido reconocidas por sus creadores -su inspiración original es, en realidad, el automovilismo- este atuendo reabre el debate sobre la utilización que la moda ha realizado tradicionalmente de símbolos de distintas ideologías, despojándolos de su vocación inicial y frivolizándolos para las masas.

El caso más evidente es el del pañuelo palestino o kufiya, prenda que identifica a la resistencia de este pueblo contra Israel y que ha sido convertido en emblema por, entre otros, el dirigente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat.

La prenda, normalmente blanca y con un sencillo estampado negro o rojo, se hizo extensible a todos los simpatizantes con la causa y más adelante, señal de inconformismo, para derivar en la actualidad en un útil accesorio de la última moda, que lo sitúa en la escala familiar del chal y el foulard.

Balenciaga lo subió a las pasarelas en su última colección otoño/inverno, David Beckham y Diane Kruger, con diferentes colores y estampados, han lucido esta prenda sin ningún tipo de vinculación con la causa y, poco a poco, empieza a ser compatible sin ningún tipo de rubor con los pendientes de perlas o un bolso de Louis Vuitton.

Hace unos años habían proliferado, en plena Guerra de Irak, los verdes apagados y los grises de la ropa de camuflaje, las boinas y las botas militares, que se instalaron en los armarios de todos los colores políticos.

Pero esta tendencia a banalizar no está ligada solamente a la sequía creativa, sino que tiene una larga tradición.

Ya en los años cuarenta, Dwight Eisenhower, por aquel entonces comandante en jefe de las fuerzas aliadas en Europa Occidental durante la Segunda Guerra Mundial, "inauguró" el uso de una prenda de cuello vuelto y sus mangas abotonadas, que se convirtió en una prenda informal y unisex denominada chaqueta IKE.

Las cazadoras de aviador también tuvieron su momento

También de la Segunda Guerra Mundial datan las amplias cazadoras con puños cerrados, llamadas Bomber y basadas en las que llevaban los pilotos de las fuerzas aéreas británicas durante la Segunda Guerra Mundial, que no pasan por ideologías moderadas sino que atraen a los extremos, bien sean fascistas, bien sean punks.

Precisamente, el movimiento antisistema que fijaron en los setenta The Ramones y Sex Pistols con su música y Vivienne Westwood con su estética, fue objeto de una recuperación reciente, hasta el punto de que Madonna, en pleno siglo XXI, relanzó los cinturones y pulseras de pinchos -que en lugar de metal barato eran de diamantes- y la falda escocesa sobre pantalón negro.

Los puristas se llevaron las manos a la cabeza, pero la mayoría decidió seguir la estela de la cantante. Su look había sido diseñado por uno de sus modistos habituales, Jean Paul Gaultier, que ya había reinventado para ella el corsé a finales de los ochenta y principios de los noventa, sin tener en cuenta el carácter represivo que suponía para las mujeres en su concepción inicial.

El cuello redondeado de las camisas Mao hace años que perdió toda relación con la Larga Marcha que llevó al poder a Mao Tse Tung en 1949 en China, mientras que los abrigos de inspiración comunista rusa, sus gorros de piel y sus casacas abotonadas se han recuperado en innumerables ocasiones para las colecciones invernales.

Actualmente, los jerseys de lana de alpaca de Evo Morales, aunque en sectores menos vanguardistas, también han alcanzado enorme difusión, pero el que verdaderamente se ha convertido en todo un icono de la moda, explotado en camisetas, llaveros, banderas, pegatinas, chapas y mecheros, es el Che Guevara, convertido póstumamente en una figura casi pop bastante alejada de su mensaje revolucionario por el levantamiento de Latinoamérica.

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