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Detenido el islamista Aoun tras ordenar el tribunal del 11-M su puesta en libertad

El libanés, acusado de colaboración con organización terrorista, ha sido arrestado en virtud de una orden de expulsión tras salir de la cárcel

La policía ha detenido poco después de salir de la cárcel toledana de Ocaña al islamista Mahmud Slimane Aoun, quien había quedado en libertad provisional este mismo martes por orden del tribunal del 11-M, que le juzgó como uno de los responsables de los atentados de Madrid.

Fuentes policiales han informado del arresto de Slimane Aoun, que se produjo en virtud de la orden de expulsión que pesa sobre este libanés, así como de su traslado a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Toledo.

En aplicación de la Ley de Extranjería, las fuerzas de seguridad consultarán ahora al tribunal del 11-M sobre el destino de Slimane, a quien la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió dejar en libertad con comparecencias quincenales.

Esa decisión se ha adoptado ante la posibilidad de que sea absuelto o condenado a penas que no superen la mitad de la condena que se le puede imponer, más de siete años.

Mahmud Slimane Aoun había permanecido en prisión preventiva desde el 30 de julio de 2004. Fuentes jurídicas han indicado que una persona en situación de libertad provisional y con sentencia pendiente no puede ser expulsada del país, por lo que previsiblemente Slimane volverá a quedar en breve en libertad.

Llamadas con 'El Chino'

La Fiscalía pide para el libanés Mahumoud Slimane Aoun 13 años de cárcel por colaboración con organización terrorista y falsificación de documentos. Una de las pruebas contra él fue las numerosas llamadas que desde su móvil hizo a Jamal Ahmidan, El Chino, cabecilla de la célula terrorista, que posteriormente se inmoló en el piso de Leganés. Durante su declaración ante el Tribunal, Mahumoud Slimane se echó a llorar al condenar los atentados: "No hay suficientes palabras para condenar", dijo entre sollozos; Slimane aseguró que El Chino y él se llevaban mal, porque el primero lo consideraba inferior al ser chií. En esa declaración, Slimane justificó el alto volumen de llamadas entre él y Ahmidán durante las semanas previas a los atentados porque necesitaba que éste último le devolviese una lámpara, herramienta que usaba para reparación de vehículos. La Fiscalía, por su parte, lo sitúa como el responsable de proporcionar documentos falsificados a los miembros de la célula para facilitar su huida. Durante el juicio fue uno de los procesados que inició una huelga de hambre, aunque pronto la abandonó.

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