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Dado de alta el anciano que mató a una mujer en un geriátrico

"Ella en ningún momento dijo que este señor la estuviera acosando", dice la residencia de ancianos

El Hospital Puerta de Hierro ha dado esta tarde el alta hospitalaria al jubilado de 74 años que supuestamente causó la muerte a puñaladas a una compañera de la residencia Nuestra Señora de Fátima, en Galapagar, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil. El hombre había ingresado en este centro la madrugada de ayer con diversas heridas que se produjo él mismo tras la asesinar a la mujer, de 68 años.

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José Antonio Reduelo, que fue sometido a un examen psiquiátrico en el hospital, ha sido trasladado ya al Juzgado número 3 de Collado Villalba, donde será interrogado por la Guardia Civil y se espera que mañana pase a disposición judicial. El presunto autor del homicidio fue ingresado ayer en el hospital Puerta de Hierro debido a las heridas por arma blanca que presentaba y que supuestamente se causó a sí mismo.

La portavoz de la residencia donde tuvieron lugar los hechos, Pepa de la Puebla, ha señalado que no se explican lo sucedido. "Nada hacía presagiar esto, los dos tenían un comportamiento normal", ha apuntado. De la Puebla ha indicado que no tenía constancia de que ambas personas mantuviesen una relación sentimental y que él no la acosaba. "Ella llegó a Nuestra Señora de Fátima hace menos de un año y entabló amistad con mucha gente, incluido este hombre. En ningún momento dijo a la dirección, a las compañeras o a las trabajadoras que este señor estuviera pesado porque le estuviera pidiendo salir", ha añadido.

Él salía solo, ella, con amigas

Asimismo, ha indicado que ninguno de los dos sufría invalidez y que se movían libremente por la residencia, donde está prohibido consumir alcohol aunque pueden hacerlo fuera del recinto. De hecho, él solía salir solo y ella tenía su grupo de amigas, que se quedaban en el centro. "Si tuvieran alguna relación, él se hubiese quedado con ella, o ella le habría acompañado", ha declarado.

"Tendremos que esperar al informe psiquiátrico o el de la policía para saber exactamente qué pasó", ha añadido la responsable del centro que no descarta que el supuesto agresor estuviera "enamorado de ella o de otra, eso nadie lo sabe". Finalmente, la portavoz de la residencia ha dicho que los residentes tratan de mantener la normalidad tras este suceso. "Hemos tratado de tener en todo momento el mismo comportamiento con los residentes, a quienes hemos contado de una manera un tanto dulcificada lo que ha sucedido", ha concluido.

En la residencia Nuestra Señora de Fátima, situada en pleno centro del pueblo, los ancianos guardaban hoy silencio, sentados en los salones y en la cafetería del centro. A pesar de que apenas llega a 80 el número de residentes, ninguno quería reconocer que conocía a los protagonistas del suceso y eludían contestar las preguntas de los periodistas. Las empleadas, en el cambio de turno a las tres de la tarde, sólo musitaban, sin detenerse, que la víctima era "muy buena mujer" y que él supuesto agresor "nunca había dado problemas".

Reduelo y la fallecida vivían en dos habitaciones situadas una enfrente de la otra en la segunda planta de la residencia y, según fuentes de la investigación, ella se había negado esa misma tarde a salir con él una vez más. El agresor entró en la habitación de la mujer y le asestó varias puñaladas que la dejaron malherida, aunque consiguió salir al pasillo y pedir ayuda, pero murió antes de que los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid pudieran prestarle ayuda. Reduelo intentó quitarse la vida y se autolesionó levemente.

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