Una catarata de agua obliga a cerrar parcialmente un nuevo túnel de la M-30

Una gran vía de agua, de hasta un metro de anchura, se ha abierto a primera hora de esta mañana en el techo de uno de los nuevos túneles de la madrileña M-30, el situado entre el estadio Vicente Calderón y el paseo de Marqués de Monistrol y que comunica con la A-6. Las filtraciones, a la altura de San Pol del Mar, han obligado a cortar dos de los cuatro carriles del subterráneo sentido A-6, que permanecen cerrados. Los bomberos achican agua para solucionar los graves problemas de tráfico que está generando la catarata en el interior de la instraestructura, bajo el río Manzanares y que fue inaugurada en enero. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha informado a primera hora de la tarde que el origen de la filtración es la rotura de una tubería por unas obras cercanas. Poco después, el Canal de Isabel II ha negado este extremo.

El incidente se ha producido a 200 metros de la salida y los dos carriles siguen cortados a las 14.00. El Ayuntamiento ha precisado que el tráfico en ese punto está "restringido" pero "no cortado". El equipo de conservación de Madrid Calle-30 sigue trabajando en el interior del túnel, junto con los bomberos de la Comunidad, personal del Canal de Isabel II y Policía Local, para eliminar el agua, una vez detectado el supuesto origen de las las filtraciones según el Ayuntamiento: la rotura "accidental" de una tubería de 30 centímetros en la glorieta de San Vicente por una de las máquinas que están realizando las obras del intercambiador de Príncipe Pío. Estos trabajos no los lleva a cabo el Ayuntamiento sino el Consorcio Regional de Transportes, como se ha encargado de subrayar Gallardón.

Así, el Consistorio ha descartado ya otras hipótesis que se barajaban sobre la causa de la catarata, como la intensa lluvia que cae desde ayer sobre Madrid y el mismo Manzanares. Sin embargo, el Canal de Isabel II ha negado la versión del alcalde y ha indicado que las inundaciones no se deben a la rotura de una de sus cañerías. Según fuentes del Canal, cada vez que se produce una inundación en Madrid, la empresa pública envía a expertos para tratar de arreglarlo lo antes posible. Por lo tanto reiteran que el hecho de que el Canal esté presente en el túnel no significa que la rotura se haya producido en una tubería del Canal. Así, sigue sin estar clara la causa más de seis horas después.

Se detectó a las 3.00, se informó a las 8.30

Gallardón, en rueda de prensa junto con la concejal de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras, Pilar Martínez, no ha podido hacer una estimación de cuándo quedará normalizado el tráfico, ya que depende primero de cuánto tarden los técnicos del Canal en reparar la tubería. Tras esta reparación, habrá que retirar toda el agua, que sigue manando sin descanso. El tramo desde el Vicente Calderón a Marqués de Monistrol -en sentido sur-norte- fue inaugurado el 30 de enero y por él pasan diariamente más de 40.000 vehículos. Por su parte, Martínez ha informado de que las primeras filtraciones, que luego han ido en aumento hasta convertirse en la catarata, se observaron hacia las 3.00, aunque hasta mucho más tarde, hacia las 8.30, no se ha informado ni a los conductores y a los medios.

Martínez ha indicado que el agua que llegaba al túnel era "limpia" y tenía "presión", lo que, según ha provocado que se acumulase "una gran cantidad" en la calzada. La responsable de Infraestructuras, que ha hecho hincapié en que el subterráneo "está bien hecho" y es "seguro", ha precisado que los técnicos del Canal de Isabel II han cortado ya el agua y que la que ahora mismo cae es "la que estaba acumulada". "Estamos revisando que esta incidencia no haya producido ninguna avería más", ha explicado Martínez, para añadir que el problema estará subsanado "en breve".

En otra comparecencia anterior, Gallardón ha reconocido que, mientras se sigan ejecutando obras, "es posible" que se produzcan incidencias como ésta. Al haberse cortado la mitad de los carriles, se registran importantes retenciones en la circulación por el túnel y en sus accesos, que han sufrido restricciones de entrada para evitar el colapso del subterráneo. A los conductores se les pide que eviten la zona y se les ofrecen rutas alternativas por calles paralelas a la M-30: hacia las avenidas de Andalucía y de los Poblados y hacia el paseo Imperial y Ronda de Segovia y paseos de la Virgen del Puerto y de la Florida.

Críticas de la oposición

Además, los vehículos que ya estén en la M-30 pueden tomar las salidas al paseo de Virgen del Puerto y a la Glorieta de San Vicente y las del Paseo de la Florida y avenida de Valladolid. Por otra parte, también está cortado el túnel de Alfonso XIII, incidencia que se repite cada vez que llueve con intensidad. Estos problemas de tráfico se suman a los habituales en días de lluvia. La red de carreteras de la Comunidad registraba a las 10.00 más de 130 kilómetros de retenciones producidas por las precipitaciones, pequeñas inundaciones y algunas colisiones, según datos facilitados por la Dirección General de Tráfico. En febrero, otro túnel de la M-30 tuvo que ser cerrado por una inundación tan sólo unas horas después de que fuera inaugurado por el alcalde, que ha hecho de las obras de la M-30 su proyecto estrella.

El candidato socialista a la presidencia de la Comunidad, Rafael Simancas, ha subrayado que "no hay derecho a que los túneles de la M-30 se conviertan en ríos subterráneos a nada que caigan cuatro gotas" y ha defendido que "ésta es una buena razón más para que los madrileños apuesten por el cambio a partir del 27 de mayo". El candidato socialista a la Alcaldía, Miguel Sebastián, ha exigido a Gallardón que explique "de inmediato" por qué se ha inundado un túnel de la M-30 inaugurado hace menos de cuatro meses y que ordene una auditoría para saber "cómo se han inaugurado y ejecutado las obras". Por su parte, la portavoz de IU en el Ayuntamiento, Inés Sabanés, ha manifestado que la "irresponsabilidad" del Gobierno municipal "primó de forma descarada" la inauguración de la nueva M-30 "frente a cualquier criterio de seguridad y de tranquilidad" de los madrileños.

La M-30 hace aguas