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Subastan una carta premonitoria de la catástrofe del Titanic

Un empresario británico que viajaba en el barco escribió a su mujer para contarle algunas irregularidades del buque

Alfred Rowe era un empresario británico afincado en Estados Unidos y que viajaba en el último viaje del Titanic. En su última parada, cerca en Queenstaown (en Irlanda, cerca de Cork), Rowe echó una carta para su mujer en la que cuestionaba la seguridad del barco. El documento será subastado en Reino Unido, según cuenta el diario The Times.

El responsable de la casa de subastas Henry Aldridge y Sons of Devizes, en el condado británico de Wiltshire, explica que la carta es única ya que las de otros pasajeros se limitan a describir el lujo del transatlántico, que parecía un palacio flotante. Sin embargo, la que Rowe escribió a su esposa Constance tiene un tono completamente distinto: en ella el empresario, que se dirigía a su rancho de Texas, confesaba que habría preferido un barco más pequeño y describe cómo el fuerte oleaje producido por el Titanic en el momento de zarpar hizo que se rompieran las amarras de otro paquebote: el New York. De no haber sido por un remolcador que logró contener al New York -continúa Rowe-, éste habría hecho un boquete en el casco del Titanic.

A pesar de su premonición, Rowe también describe en su último testimonio las comodidades a bordo y cuenta cómo se curó de un resfriado gracias a un "baño turco". También explicaba que el buque es demasiado grande y es difícil orientarse en él.

La carta fue puesta en el correo de la localidad irlandesa el 11 de abril del 1912, tres días antes del choque del trasatlántico contra un iceberg y su posterior hundimiento. Al parecer, el empresario británico logró nadar hasta un trozo de hielo, donde murió congelado. Su cadáver fue rescatado por otro barco que lo trasladó a Liverpool.

Sus descendientes han decidido ahora poner a la venta la carta, que ocupa dos hojas por los dos lados, y que está completada en la subasta con el diario de su viuda y otra misiva que escribió a su hermano antes de morir.

El Titanic, a su salida del puerto de Southampton en su viaje inaugural
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