Guerra de lazos azules
El PP recupera el símbolo para protestar por la prisión atenuada para De Juana y el PSOE también lo exhibe, aunque con fines distintos
El PP ha recuperado el lazo azul, utilizado desde 1993 para pedir la libertad de los secuestrados por ETA, para un fin distinto: protestar por la decisión del Gobierno de atenuar la prisión de De Juana Chaos. Tanto es así, que el PP desplegará este miércoles en la fachada de su sede central en Madrid un gran lazo azul. Tras el anuncio del PP, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ha lucido el distintivo en su solapa en un acto electoral en Castellón.
Al acto de despliegue de un lazo azul gigante en la calle Génova acudirá el secretario general del PP, Ángel Acebes, quien esta mañana ha lucido ese distintivo en la inauguración de unas jornadas organizadas por su partido, donde ha invitado "a todos los ciudadanos a que estos días se coloquen" este símbolo y acudan a la manifestación que el PP ha convocado para el próximo sábado en Madrid contra la prisión atenuada del etarra De Juana. Acebes ha recordado que este lazo se ha exhibido en "momentos muy duros, en secuestros en los que la banda terrorista ETA pretendía la cesión y la humillación del Estado de Derecho".
En el acto de este martes del PSOE en Castellón ha causado sorpresa que, tras el anuncio del PP, José Blanco, el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, su vicesecretaria Isabel Escudero y el subdelegado del Gobierno en Castellón y candidato a la alcaldía, Juan María Calles, también portaran el lazo.
Los pacifistas vascos que en 1993 crearon el símbolo se han mostrado molestos con el uso que quiere hacer del lazo el PP. El lazo azul fue una iniciativa de Gesto por la Paz, secundada por otros grupos vascos como Bakea Orain, que copiaba el lazo rojo creado en apoyo a los portadores del VIH. Aquel lazo simbolizaba la letra "A" del vocablo euskaldun Askatu (liberar) y pretendía "identificar a todas las personas que condenan el secuestro y exigen la liberación de Julio Iglesias Zamora, pero a ninguna organización en concreto, para lograr así su máxima extensión", según dijeron sus creadores en 1993. Posteriormente, el lazo azul se siguió utilizando por los ciudadanos vascos, entre insultos de miembros de la izquierda abertzale, con el mismo fin durante los siguientes secuestros de ETA, como los de los empresarios José María Aldaya y Cosme Delclaux, el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara o el del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco. Incluso fachadas de edificios públicos y viviendas privadas se cubrieron con el lazo. Correos llegó a emitir un sello con este símbolo.
El fundador y portavoz de Bakea Orain en 1993, y actualmente coordinador de Ezker Batua y consejero del Gobierno Vasco, Javier Madrazo, ha declarado a Efe que es de "muy mal gusto" que el PP "manipule símbolos comunes del conjunto de la población vasca en beneficio propio". "El lazo azul es un patrimonio de todos que hay que preservar al margen del rifirrafe partidista, es una auténtica inmoralidad su uso por el Partido Popular, que podía haber utilizado otros colores y posibilidades" en su protesta contra el Gobierno, ha añadido Madrazo.
Por su parte, el portavoz de Gesto por la Paz, Jesús Herrero, ha lamentado el uso que hace el PP para protestar contra el caso De Juana y aunque ha evitado la palabra instrumentalización, ha señalado que no considera apropiado utilizar el lazo azul en una protesta contra el Gobierno en relación con ETA. "El destinatario del lazo azul era ETA, y desde la unidad. Y es un problema si pensamos que el primer enemigo no es ETA. Utilizarlo sin seguir estos criterios no nos parece adecuado y debilita la fortaleza ética y moral del Estado de derecho", han sido las palabras de Herrero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.