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La Comunidad de Madrid estudia bombardear las nubes con yoduro de plata para que llueva

Aguirre quiere exportar de Israel una técnica que aún no se ha utilizado en Europa para aplicarla en el embalse de El Atazar

La Comunidad de Madrid se plantea bombardear las nubes en el embalse de El Atazar con yoduro de plata para incrementar las lluvias, siguiendo un método inventado en Israel desde hace 30 años y que permite aumentar hasta en un 19% el volumen de agua de las precipitaciones. Tras mantener un encuentro en Tel Aviv con el Alto Comisionado para el Agua de Israel, Simon Tal, la presidenta, Esperanza Aguirre, ha anunciado que su Gobierno "estudiará" aplicar este procedimiento, si "es posible, factible, legal y económicamente viable", para hacer frente a "esos días plomizos y de bochorno en los que no acaba de descargar".

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El método para provocar la lluvia, que los israelíes han exportado a Estados Unidos, México y China y que no se ha utilizado todavía en la Unión Europea, consiste en la utilización de aviones bimotores que arrojan sobre la parte inferior de las nubes yoduro de plata, "un material noble que no interactúa con nada y que no tiene ningún efecto medioambiental", según ha explicado el gerente del Canal de Isabel II, Ildefonso de Miguel.

La técnica, que actualmente desarrolla en el Mar de Galilea la empresa pública israelí Mecorot, que se ocupa del abastecimiento y la gestión del agua en el país, viene precedida de una serie de estudios matemáticos y análisis vía satélite mediante los que se calcula qué nubes son las más idóneas para el bombardeo, generalmente las más densas, y cómo se desplazarán en las horas siguientes a la operación en función de los vientos y corrientes que existan en ese momento.

La fusión del yoduro con el agua provoca que este elemento ascienda a la parte superior de la nube, lo que hace que "las gotas de agua se condensen, pesen más y, por efecto, de la gravedad, caigan en mayor cantidad", según el gerente del Canal de Isabel II. Tras la operación, la plata se depositaría en el fondo del embalse, "sin degradarse y sin ninguna afección medioambiental". Se trata, en su opinión, de un método "factible y económicamente viable", ya que Israel invierte un millón de dólares al año en todo el proceso, que incluye el mantenimiento de una flota de cuatro aviones cuyos pilotos son avisados para realizar los bombardeos una hora antes de que éstos se produzcan.

Según el responsable del organismo hidráulico madrileño, el lugar idóneo para provocar la lluvia en la región sería el embalse de El Atazar, que tiene una capacidad de 450 hectómetros cúbicos, lo que supone casi el 80% del consumo de agua anual de la región. Técnicos de la empresa pública de agua de Israel visitarán Madrid en los próximos meses de septiembre u octubre para enseñar a los técnicos madrileños a manejar este procedimiento. Los técnicos israelíes también han explicado a la delegación española su sistema de reutilización de agua, basado en depósitos de arena, así como los mecanismos para recargar los acuíferos, que el Canal de Isabel II quiere aprovechar para evitar situaciones como la que se produjo en 2004-2005.

En ese año tuvieron que desembalsarse de los pantanos madrileños 350 hectómetros cúbicos, tal y como obliga la legislación vigente con la mitad de la cuenca hidrográfica a fin de mantener el ciclo vital de los ríos. Los israelíes palían los graves problemas de sequía que, pese a ser más graves que los de la Comunidad de Madrid, con una "gestión extraordinaria y eficiente" del agua según la presidenta.

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