Muere el prolífico productor de televisión estadounidense Aaron Spelling
Spelling ha fallecido a los 83 años en su casa de Los Ángeles tras sufrir el domingo pasado una embolia de la que no ha podido recuperarse
Aaron Spelling, uno de los productores más prolíficos de la televisión de EE UU, ha muerto hoy a los 83 años en su casa de Los Ángeles tras sufrir una embolia el domingo pasado, ha informado su agente, Kevin Sasaki. Spelling produjo series recordadas en casi todo el mundo de millonarias audiencias, como Vacaciones en el mar, Starsky y Hutch, Los ángeles de Charlie, Hotel, Dinastía o Sensación de vivir.
Además de series, Spelling produjo más de 140 películas para televisión, como Death Sentence, en la que un joven Nick Nolte daba vida a su primer papel allá por 1974, The Boy in the Plastic Bubble, en la que John Travolta se metía por primera vez en un rol dramático, o The Best Little Girl in the World, en la que Jennifer Jason Leigh hacía de adolescente anoréxica.
Durante las décadas de los 70 y los 80, Spelling desempeñó su trabajo exclusivamente para la cadena ABC, donde se confirmó como uno de los productores con mejor conocimiento del medio, del mercado y de las audiencias. Pese a ello, siempre cosechó críticas por la dudosa calidad de algunos de sus productos. "Los palos de los críticos le molestan a cualquiera", admitió Spelling en una entrevista concedida a la agencia Associated Press en 1986, "pero siempre tienes las opciones de hacer caso a 300 críticos o a 30 millones de admiradores".
Spelling, de padre de ascendencia polaca y madre de origen ruso, llegó a Hollywood prácticamente sin dinero a comienzos de la década de los 50. Treinta años después, la revista Forbes estimó que su riqueza podría rondar los 300 millones de dólares (unos 270,7 millones de euros).
Entre sus últimos grandes éxitos se encuentran Beverly Hills 90210 (Sensación de vivir) y Melrose Place. La primera, en la que su hija Tori interpretaba un papel protagonista, estuvo diez años en pantalla desarrollando tramas juveniles que fueron seguidas por millones de espectadores en todo el mundo. En la segunda, Spelling viró hacia contenidos más dramáticos, pero el éxito, como ocurrió en casi toda su carrera, volvió a sonreírle en forma de millonarias audiencias.
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