Alegría, esperanza y prudencia entre los vascos

La sociedad vasca ha acogido con alegría y esperanza, pero también con escepticismo y prudencia, el anuncio de alto el fuego permanente de ETA, que ha hecho que los deseos de paz hayan vuelto a ponerse expresamente de manifiesto en conversaciones y comentarios en todo el País Vasco.

La noticia, amplificada poco después del mediodía por todos los medios de comunicación, en especial por las radios y los que poseen ediciones digitales en Internet, ha pillado por sorpresa a multitud de ciudadanos cuando se preparaban para comer en las tres capitales vascas.

Numerosos mensajes de felicitación por lo que el anuncio supone de esperanza para la paz han circulado por los teléfonos móviles. También se escuchaban en bares y restaurantes de Bilbao, San Sebastían o Vitoria, así como en otras poblaciones menores, los comentarios escépticos de hasta dónde estará dispuesta a llegar ETA.

En medio del revuelo político y mediático provocado, la nueva ha sorprendido a muchos ciudadanos que han podido seguir la noticia ante los escaparates en los que televisores en venta emitían repetida la imagen de tres encapuchados anunciando el alto el fuego.

Brindis por la paz

La noticia ha corrido como la pólvora y ha provocado una gran agitación en el seno de algunas entidades e instituciones como el Parlamento vasco. También en el Ayuntamiento de Bilbao podían escucharse los teléfonos móviles, que no dejaron de sonar para compartir y comentar el anuncio. Más expresivos han sido en el Ayuntamiento de San Sebastián, donde, nada más conocer la noticia del alto el fuego, portavoces de todos los grupos representados en el consistorio, excepto el PP, han brindado "por la paz y los ausentes involuntarios que no han podido celebrar el posible comienzo de un proceso de paz". El alcalde donostiarra, Odón Elorza, ha descorchado una botella de cava catalán para brindar por la noticia.

Entre los ciudadanos anónimos, ha habido quien ha aprovechado la hora de comer para conocer los detalles del anuncio, siguiendo lo acontecido por televisión a pie de barra en bares y restaurantes y comentando la noticia con otros clientes.

Cadenas de televisión y emisoras de radio se han volcado informativamente en la noticia, alterando e interrumpiendo sus programaciones habituales pasado el mediodía y programando espacios especiales e información continuada durante la jornada. Algún quiosco ha registrado una concentración poco habitual de periodistas a primera hora de la tarde, en espera de las ediciones especiales de algunos periódicos.

Los deseos de un fin definitivo de la violencia terrorista están presentes en muchos comentarios suscitados por la noticia y algunos padres y madres con niños aún pequeños no han podido evitar pensar en la posibilidad de que las nuevas generaciones no lleguen a conocerla.