Aznar tacha a Zapatero de "dirigente irrelevante" que "raya el sentimiento de culpabilidad"

El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha arremetido una vez más contra su sucesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al que sin nombrar ha calificado de "dirigente irrelevante". Aznar ha conminado además a no olvidar "el mensaje de Jesucristo" a la hora de dar un nuevo impulso a la Unión Europea.

Aznar hace estas aseveraciones en el prólogo del libro La fuerza de la identidad, de Marcello Pera, presidente del Senado italiano y catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Pisa. El ahora presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) cree que Europa sufre una crisis "política y de identidad", que achaca a "la volubilidad bien poco responsable de unos dirigentes que cambian constantemente de dirección".

¿A quién se refiere Aznar? A quienes "han olvidado la defensa de los intereses nacionales con tal de diferenciarse del Gobierno anterior, han perdido el liderazgo, han perdido la capacidad de negociar y de construir coaliciones, y se han convertido en perfectamente irrelevantes". Por si quedara alguna duda sobre en quién está pensando, Aznar añade que le resulta "curioso" ese "sentimiento de culpabilidad, rayano en complejo de inferioridad" que afecta a algunos políticos españoles, y del que "la tan vendida Alianza de las Civilizaciones [impulsada por Zapatero] no es sino uno de sus más tristes reflejos".

Respecto a Europa, Aznar cree que sufre una crisis "más profunda" que un revés político, puesto que el problema de base es en su opinión de identidad. "El anquilosamiento ha hecho que se pierda la noción de la genuina identidad de los europeos"; es por ello que Europa debe recuperar "lo mejor" de su identidad, que a su parecer es "la libertad para crear y emprender, la conciencia de la responsabilidad de cada uno sobre sí mismo, la capacidad para proteger su modo de vida y sus instituciones, la diferencia entre la ayuda a los que lo necesitan y la desaparición de los incentivos para trabajar y superarse".

En este sentido, y pese a definirse como no creyente, Aznar señala "la aportación fundamental" de la tradición cristiana al humanismo occidental. "Europa no debe olvidar que la libertad, la igualdad y la tolerancia son principios crecidos al calor del cristianismo, y fundados en la dignidad humana de la persona que el mensaje de Jesucristo reconoce". Aznar considera que los redactores de la Constitución europea lo olvidaron.