Los alcaldes aseguran que 50.000 tinerfeños siguen en una situación "insoportable"
"Nos han abandonado como a perros" tras el apagón, se queja el regidor de El Rosario
Mientras la turística costa oeste de la isla de Tenerife (Arona, Adeje y Guía de Isora y, al norte, el Puerto de la Cruz) continuaba su indolente cotidianidad, a las nueve de la noche del pasado lunes la zona este quedaba sumida en la absoluta oscuridad. La compañía eléctrica Unelco-Endesa daba anoche por casi totalmente restablecido el suministro, pero más de 50.000 tinerfeños se preparaban para afrontar su quinta noche consecutiva sin suministro en numerosos barrios de la capital, Santa Cruz, La Laguna y otros seis municipios.
La tormenta tropical Delta pasó sobre la isla con ráfagas de viento que superaron los 200 kilómetros por hora. Doblaron como chicles o tumbaron un total de 142 torretas de 40 metros de alto y 20.000 kilos de peso, situadas en cuatro de las cinco arterias que reparten la electricidad al este de la isla. Unas 250.000 personas sufrieron el apagón, pero la mayoría fueron recuperando la vida normal a lo largo de la semana. Pero anoche unos 20.000 vecinos de Santa Cruz y La Laguna, tenían fluido eléctrico sólo a ratos. Otros 30.500 habitantes de los seis municipios de la costa sureste, los más castigados, ni eso.
Endesa comenzó el jueves a distribuir generadores para parchear algunas zonas, pero los alcaldes de El Rosario, Candelaria, Arafo, Güímar, Fasnia y Arico, cuyos padrones suman más de 55.000 habitantes, aseguran que otra noche más a oscuras "es insoportable".
El Rosario tiene 12.000 vecinos empadronados. Más de 6.000 no recibían suministro ayer. "Estamos peor que nadie", lamentaba el alcalde socialista Macario Benítez. Sin electricidad, sin agua, sin telefonía móvil o fija durante días, Benítez advierte de que las responsabilidades "no sólo habrá que pedirlas a Endesa, sino a muchas instituciones". "Nos han abandonado como perros". Los daños estimados superan los 400.000 euros, entre instalaciones deportivas, templos, "viviendas de gente humilde" y mobiliario urbano.
En la frontera con este territorio se encuentra la central eléctrica de Caletillas. Esta circunstancia ha salvado a los vecinos de Candelaria del caos, en opinión de Gumersindo García, alcalde socialista. Él calificaba una noche más a oscuras como "insoportable". Aunque a las 24 horas del apagón, algunos puntos ya recibían luz, al menos 3.000 de sus vecinos de las medianías seguían anoche alumbrándose con velas y alimentándose de latas y bocadillos. Algunos ni siquiera disponían de agua.
Las pérdidas económicas superarán los 15 millones de euros, por daños en la agricultura, colegios, instalaciones deportivas, centros comerciales, viviendas y edificios. "No es lógico que estemos cinco días sin luz, cuando llevamos 40 años soportando la central térmica en nuestro suelo", concluía.
La vecina villa de Arafo, que tardará "varios años" en recuperar su estado original, según las previsiones de Domingo Calzadilla, del PP. Hasta anoche más de 2.000 de sus 5.000 vecinos seguían sin suministro eléctrico, a pesar del despliegue de generadores autónomos. A la situación general, Calzadilla destacó cortes de agua puntuales, supresión de las clases y desperfectos "irreparables" en el geriátrico, auditorio, ayuntamiento, instalaciones deportivas, capillas, arboledas, plazas y mobiliario urbano "que ha desaparecido completamente". Las pérdidas por el momento superan los dos millones de euros.
Güímar pasa por el municipio más castigado de los 31 de la isla de Tenerife y anoche sus 14.000 vecinos seguían sin luz.
Fasnia ha perdido toda la agricultura. Como Güímar, en los últimos años se había convertido en la despensa hortofrutícola de la capital. Anoche, más de 1.500 vecinos de los cuatro núcleos de población seguían a oscuras.
Algunos de sus vecinos tuvieron que arriesgar la vida el lunes y martes, sortear decenas de postes caídos sobre la calzada y llegar a los municipios vecinos para poder hablar simplemente por teléfono. "Esto ha sido dramático", reconoce el alcalde, Pedro Hernández, de Coalición Canaria (CC). Aún sin una estimación económica, las pérdidas incluyen toda la cosecha de la temporada en frutales y hortalizas, la potente industria de la flor cortada y graves daños en colegios y mobiliario urbano.
En Arico, 4.000 vecinos seguían sin luz ayer. Más de la mitad de sus 21 barrios casi han olvidado cómo es la vida en el siglo XXI. Su teniente de alcalde, Juan José Armas, de CC, relaciona los daños; agricultura, alumbrado y mobiliario público, muros caídos, antenas destrozadas, bidones rotos y tejados levantados.
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