Tony King, condenado a 36 años de cárcel por el asesinato de Sonia Carabantes
El británico tendrá que indemnizar con 300.000 euros a los padres de la joven.- La Audiencia de Málaga le considera culpable de los delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal
El ciudadano británico Tony Alexander King ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Málaga a un total de 36 años de prisión por el asesinato de Sonia Carabantes, la joven de 17 años de la localidad malagueña de Coín que murió estrangulada y golpeada en agosto de 2003.
En la sentencia, el tribunal condena al procesado a 23 años por un delito de asesinato, a 8 años por agresión sexual y a 5 más de cárcel por detención ilegal. Además, le impone una indemnización de 300.000 euros para los padres de la joven -150.000 para cada uno de ellos- por los daños morales causados y la prohibición de volver a Coín durante 15 años.
La Fiscalía pedía para el británico una pena de 34 años de prisión, por los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual. La acusación particular elevó la petición a 44 años. No obstante, el máximo legal que cumplirá King serán 30 años. Encarnación Guzmán, madre de la joven de Coín, ha reclamado que Tony Alexander King cumpla la pena íntegra. Aunque la familia de Carabantes solicitó en el juicio 44 años de cárcel, la madre ha manifestado que están contentos de todas formas y que se ha enterado de la sentencia por los periodistas, ya que no había conseguido hasta entonces hablar con su abogado.
"Indudable ánimo de matar"
Según el fallo, King esperó escondido a la joven en las proximidades de su casa de Coín y la abordó y golpeó "en todo el cuerpo" hasta dejarla semiconsciente, tras lo cual la introdujo en el maletero de su vehículo y la trasladó hasta un paraje solitario del término municipal de Monda (Málaga). Una vez en el lugar, sentó a la joven en el asiento trasero del coche, la desnudó y realizó tocamientos a la vez que la golpeaba en la cabeza y tronco, ocasionándole numerosas lesiones "capaces por sí solas de causarle la muerte". Posteriormente, y según los hechos probados, la estranguló con la camiseta que llevaba la joven ya inconsciente, lo que le produjo la muerte, y trasladó su cadáver a una explanada próxima, donde lo ocultó entre unas rocas.
En opinión del tribunal, resulta evidente que el acusado, al golpear "salvajemente" a la joven hasta dejarla semiinconsciente, aceptó que podría matarla, "pero al proceder a su estrangulación buscó de manera directa el desenlace final, con todo lo que aparece su indudable ánimo de matar como elemento subjetivo del homicidio". Además, considera probado que golpeó a su víctima "sin compasión" hasta reducirla a "alguien pasivo y sin posibilidad más que de una leve e inútil defensa" y que la estranguló cuando estaba "totalmente extenuada". El tribunal cree que en este caso concurre la circunstancia específica de ensañamiento y muestra su convencimiento de que el fin último de King era el de buscar una satisfacción sexual "y seguidamente la muerte", para lo que no le importó producirle un "extraordinario" dolor que la mantuviera indefensa.
Un "verdadero obseso"
Respecto al delito de agresión sexual, la sentencia ve "evidente" el propósito "lúbrico" del procesado, al que define como un "verdadero obseso" que atentó contra la libertad sexual de la joven "tocando todas las partes íntimas de su cuerpo tras desnudarla". No obstante, afirma que no es posible apreciar el delito de lesiones que imputaba la acusación particular, "ya que las lesiones producidas eran por sí capaces de producir la muerte", como aclararon en el juicio los médicos forenses.
El testimonio de dichos expertos y las pruebas halladas en la calle y en el vehículo y otros objetos del británico "son prueba circunstancial pero de gran peso" para entender que Sonia "fue agredida primero, secuestrada después, agredida de nuevo, sometida a la agresión sexual y estrangulada como episodio final del relato". Los médicos determinaron días después que había sido estrangulada y golpeada, aunque entonces no se encontraron signos de que fuese agredida sexualmente.
Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció en la madrugada del 14 de agosto de 2003 cuando regresaba a su casa tras asistir a la Feria de Coín, y su cadáver fue encontrado semienterrado en el término municipal de Monda tras cinco días de intensa búsqueda en la que participaron centenares de personas. Casi un mes después, el 18 de septiembre de 2003, Tony King -natural de Londres y que el pasado agosto cumplió 40 años- fue arrestado en Alhaurín El Grande(Málaga) después de que su compañera sentimental informara a la Policía Judicial de la Guardia Civil de que había visto unos restos de sangre en la ropa del británico y arañazos en la cara en la noche en la que desapareció Sonia, y añadió que el detenido había estado en la Feria de Coín.
La Fiscalía pide 26 años por la muerte de Wanninkhof
El juicio a Tony King por la muerte de Sonia Carabantes se inició el pasado 17 de octubre, y en la primera jornada compareció el acusado, el único, que sólo respondió a las preguntas de su abogado. El británico declaró que un hombre le golpeó por la espalda y que se despertó en su coche junto al cuerpo de Carabantes. La trabajadora de un lavadero de coches reconoció al británico como el hombre que llevó a limpiar un coche con manchas de sangre y varios peritos explicaron la coincidencia del perfil genético del acusado con restos hallados cerca del paraje donde apareció la víctima. Los forenses calificaron a King como un "psicópata".
King aseguró que dicha muerte está relacionada con la de Rocío Wanninkhof y la desaparición de otra joven de Motril (Granada), y trató de implicar en ambas a Dolores Vázquez y a su amigo Robert Graham. Vázquez fue juzgada por un jurado y condenada por la muerte de la joven de Mijas (Málaga), en octubre de 1999, aunque se ordenó la repetición del juicio. Quedó definitivamente excluida del proceso tras la aparición de pruebas de ADN contra King. El británico, que tras su detención reconoció ser el autor de los asesinatos de Wanninkhof y Carabantes, ha alegado que confesó bajo tortura, y ha cambiado su testimonio varias veces.
La Fiscalía pide para King por la muerte de Rocío Wanninkhof 26 años y nueve meses de prisión. El juicio por el asesinato de Sonia Carabantes ha estado rodeado de un fuerte despliegue mediático, adelanto de lo que supondrá el proceso por el caso Wanninkhof, ante un jurado popular, previsto para principios de 2006.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.