Tony King intenta implicar a Dolores Vázquez y a Robert Graham en la muerte de Carabantes
El británico, para quien el fiscal pide 34 años, proclama en el juicio su inocencia
Tony Alexander King, acusado de matar en 2003 a la joven de Coín Sonia Carabantes, proclamó ayer su inocencia en la primera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Málaga. El británico declaró que un hombre le golpeó por la espalda y que se despertó en su coche junto al cuerpo de Carabantes. King, para quien el fiscal pide 34 años de prisión, aseguró que dicha muerte está relacionada con la de Rocío Wanninkhof y la desaparición de otra joven de Motril, y trató de implicar en ambas a Dolores Vázquez y a su amigo Robert Graham.
El británico, único imputado por los asesinatos de Carabantes y de la joven de Mijas Rocío Wanninkhof (en octubre de 1999), entró en la sala gritando "inocente" y "no he hecho nada", para deleite de las decenas de cámaras de televisión presentes en el inicio del juicio. El presidente de la Sección Segunda, José María Muñoz Caparrós, le tuvo que amonestar para que permaneciera en silencio.
King, de 40 años, sólo respondió a las preguntas de su letrado, Javier Saavedra, y del propio magistrado, con la asistencia de dos intérpretes. Se negó a contestar al fiscal y a la acusación particular por estar "contaminados". La fiscalía solicita un total de 34 años de prisión por los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, así como 300.000 euros de indemnización. La acusación particular pide 44 años de prisión y 600.000 euros.
A preguntas de su defensa, King describió su estado en la madrugada del 14 de agosto de 2003, día en que desapareció Carabantes, de 17 años, al volver a su casa desde la feria de Coín. Según el británico, durante la tarde y la noche había bebido varias copas y cervezas, se había fumado varios porros y había tomado una pastilla para dormir. Cuando King, que también estuvo en la feria, fue a buscar su coche, aparcado cerca del domicilio de la joven, estaba tan borracho que "veía doble".
Según King, se percató de que al otro lado de la calle había un hombre en un coche blanco, al que no pudo reconocer por su embriaguez, aunque lo describió como "español". Ya en su vehículo, dio marcha atrás y chocó "fuertemente" contra algo. El británico dijo estar seguro de que se trataba de la puerta del coche blanco. Pero al salir vio el cuerpo de Carabantes tendido en el suelo, la mitad del cual se encontraba bajo una camioneta aparcada. Según King, levantó a la joven y la puso sobre la furgoneta, momento en el que alguien le golpeó en la cabeza un par de veces por la espalda.
Cuando despertó, estaba en el asiento de atrás de su propio coche, con la joven al lado, aunque no sabía si muerta o inconsciente. Le volvieron a golpear. Recuperó la consciencia en el paraje rocoso donde seis días más tarde se encontró el cadáver de Carabantes, estrangulada con su propia camiseta. King relató que vio ropas en el suelo, las recogió y volvió a su casa en el coche. Explicó que arrojó el pantalón de la joven por la ventanilla porque también es "padre" y quería que se encontrase su cuerpo. Negó que hubiese abusado sexualmente de ella, que la hubiese retenido o matado.
"Hay conexiones"
Después manifestó, sin que se le preguntara, que "hay conexiones entre los asesinatos de Carabantes, Wanninkhof y la chica de Motril", María Teresa Fernández, que desapareció en agosto de 2000 y que no ha sido hallada. "Sólo un imbécil no se daría cuenta". Interrogado sobre si su amigo, el británico Robert Graham, puede ser el jefe de un grupo relacionado con los tres casos, dijo: "La jefa es la puta de Dolores Vázquez, que ha pagado por todo. Graham es un profesional". También dijo que su amigo "algo tuvo que ver" con el hombre que le golpeó. El magistrado impidió que continuara por esa línea.
Vázquez fue juzgada por un jurado y condenada por la muerte de Wanninkhof, aunque se ordenó la repetición del juicio. Quedó definitivamente excluida del proceso tras la aparición de pruebas de ADN contra King. El británico, que tras su detención reconoció ser el autor de los dos asesinatos, alega que confesó bajo tortura, y ha cambiado su testimonio varias veces. Ayer testificaron los padres y varios amigos de Carabantes, así como María Luisa Gallego, que convivía con King en el momento de los hechos en Alhaurín el Grande, pueblo cercano a Coín. Según relató, a las 8.30 del día 14, King volvió a casa con heridas en una mano y en las piernas y con mucha sangre, aunque le dijo que se debían a un accidente de tráfico.
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