Zapatero pide al PP que no siga por la "pendiente del alarmismo" respecto al Estatuto catalán
Rajoy acusa al presidente del Gobierno de ser un "irresponsable" y de no tener conocimientos ni ideas ni patriotismo
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha acusado esta tarde al líder de la oposición, Mariano Rajoy, de no preocuparse de "los problemas reales" de los españoles y de estar en cambio "deslizándose por la pendiente del alarmismo" respecto al Estatuto catalán. Según Zapatero, esta visión catastrofista del PP no va a ninguna parte, ya que "el Estatuto de Cataluña se reformará y España seguirá funcionando bien", lo que hará que el PP se quede "sin discurso, porque no lo tiene" y "sin proyecto", porque nunca lo ha tenido. Por su parte, Rajoy ha lanzado una dura diatriba contra el presidente durante la sesión de control, al que ha acusado de "frívolo e irresponsable" y de no tener "ni conocimientos, ni ideas ni patriotismo" por promover la reforma del Estatuto a sabiendas de que tendría que ser reformado en las Cortes.
Tras una interpelación de Coalición Canaria y otra del Bloque Nacionalista Gallego, Rajoy ha abordado la cuestión del Estatuto y ha acusado a Zapatero de no ocuparse de problemas reales del país, de "jugar con lo esencial" y de sostener una "frivolidad empieza a ser ya inaudita", al tiempo que le ha preguntado "por qué promovió la reforma" y por qué la votó su partido si sabía que, al llegar a las Cortes, se tendría que cambiar. "¿No siente vergüenza por lo que está haciendo?", ha concluido Rajoy. En respuesta, el presidente ha mostrado su sorpresa por la conducta del PP, que en lugar de interpelar por los problemas de los españoles "vuelve una y otra vez al Estatuto". Por esta razón, ha pasado a enumerar los logros del Gobierno por solventar las principales preocupaciones de los españoles. A saber, la reducción del paro en 200.000 personas, la subida de un 11% del salario mínimo, la subida de las pensiones, la creación de 70.000 viviendas nuevas...
Maragall, un "chivo expiatorio"
Otra vez en el uso de la palabra, un irónico Rajoy ha señalado: "No espero que ni conocimiento, ni ideas ni patriotismo porque no pido imposibles, ni que diga que España es una nación ni que se dé cuenta de que el Estatuto de Cataluña es un tema importante, pero sí que tenga los pies en la tierra y un mínimo de responsabilidad" y explique al país cómo va a solucionar el problema que plantea Cataluña. Según Rajoy, Zapatero está usando a Maragall de "chivo expiatorio" cuando el "irresponsable" es él. En su opinión, "no hay derecho a lo que está haciendo a los españoles", al tiempo que le ha pedido que deje de "hacer chistes en revistas". "Menudo nivel" como presidente del Gobierno, ha sentenciado Rajoy en referencia a la entrevista concedida por Zapatero a Marie Claire, en la que se define como un "rojo feminista".
Ante estas críticas, el jefe del Ejecutivo ha lamentado que el PP no se preocupe por los problemas de los españoles y, en cambio, "siga deslizándose por la pendiente de la exageración" y anuncie de forma constante "la catástrofe" y "el alarmismo". En este punto, les ha advertido de que su estrategia les dejará sin discurso cuando el Estatuto de Cataluña se apruebe y las cosas sigan funcionando igual que siempre en España. También ha contrapuesto la actitud de su Gobierno ante los verdaderos problemas de los españoles con la del Ejecutivo presidido por José María Aznar. Por su parte, un conciso Ángel Acebes ha preguntado a la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, si el nuevo Estatuto supone "una reforma constitucional". En la misma línea de brevedad, ella ha respondido: "No, no lo es". Acebes ha señalado que Fernández de la Vega es la única que piensa así y ha enumerado los puntos en los que el texto conculca la Carta Magna, a lo que la vicepresidenta ha respondido acusando al PP de sobreactuar.
Horas antes, la sesión de control al Gobierno en el Senado ha terminado entre pitos, abucheos y cruces de acusaciones entre los parlamentarios socialistas y populares. El ambiente se ha caldeado después de que el popular Pío García Escudero acusara a Zapatero de querer disfrazar el término "nación" para Cataluña con adjetivos como realidad nacional, entidad nacional o comunidad nacional, que recuerdan conceptos del fascismo. Zapatero le ha contestado que España "sabe cómo olvidar a los que con cada reforma anuncian una catástrofe". La bronca ha llegado después de que García Escudero pidiera al jefe del Ejecutivo que explicara cómo va a hacer compatible la "identidad nacional" catalana con el artículo 2 de la Constitución.
España y sus identidades
Zapatero le ha respondido que reflexionara sobre unas recientes declaraciones del presidente del PP catalán, Josep Piqué, en las que aseguró que "Cataluña tiene rasgos característicos de nación". Al hilo de ello, Zapatero ha subrayado que hay que reconocer la existencia de sentimientos identitarios diversos entre los españoles, y ha dicho que la grandeza de la convivencia es saber integrarlos y respetar los sentimientos profundos de una Comunidad por su historia, su cultura o su lengua. "Eso cabe en la Constitución", ha dicho Zapatero, quien ha añadido que es posible una denominación de Cataluña respetuosa con su "fuerte identidad" y con la Constitución, "tanto en su letra como en su espíritu". Para Zapatero, hay que rechazar "la verdad incuestionable de una posición" y hay que "transigir con la verdad" y llegar a un acuerdo de convivencia entre las diversas identidades.
El presidente del Gobierno se ha mostrado convencido de que el entendimiento se va a abrir paso porque los españoles confían en sí mismos, saben cómo hacer las reformas y "cómo olvidar a aquellos que a cada reforma anuncian una catástrofe". En ese momento, ha recordado la actitud del PP ante la ley que permite el matrimonio entre homosexuales y ha lamentado que ese partido se haya caracterizado por el "inmovilismo y el conservadurismo" y no haya sabido ver nunca las reformas que España "sabe y puede hacer, como va a hacer ahora -ha asegurado- con el Estatuto de Cataluña". El jefe del Gobierno ha lamentado que el hecho de que no descalifique ni insulte, e intente un debate "razonado y razonable" haya sido interpretado momentos antes por García Escudero como "divagar" sobre el Estatuto.
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