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Moratinos aclara malentendidos con Rice y restablece la "normalidad" con EE UU

El ministro de Exteriores afirma que "ya no hay obstáculos" para que Zapatero vea a Bush

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, tuvo ayer, por fin, una generosa cuota de atención de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, con la que aseguró haber aclarado "los malentendidos" que han lastrado las relaciones bilaterales durante el último año, hasta el punto de dar por plenamente restablecida la normalidad y de poder calificar de "bueno" el momento actual entre los dos países. Como prueba de esta mejora, el ministro afirmó que ya no hay obstáculos para que los líderes de España y EE UU se entrevisten.

Esto no quiere decir que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vaya a viajar próximamente a Washington, ya que el asunto, según confirmó el propio ministro, no fue abordado en las conversaciones. "No será antes del Rocío, pero a lo mejor sí después", dijo con sorna, cansado de la insistencia de los periodistas. Luego informó de que tampoco se está preparando ningún viaje de los Reyes a EE UU.

El clima de la entrevista de ayer fue, en cualquier caso, de signo contrario al duro intercambio que las mismas personalidades mantuvieron exactamente hace un año, cuando Moratinos acudió a informar de la recién anunciada retirada de Irak a la entonces consejera de Seguridad Nacional. El "carácter franco y directo" de Rice permanece todavía impresionado en la memoria del ministro.

Ayer, ella sonrió sin reservas desde el primer momento y se dirigió con afabilidad a su huésped al comenzar una conversación que llegó a los tres cuartos de hora, aunque estaba programada para 20 minutos. La puesta en escena fue, no obstante, de tipo medio. Rice no acudió a saludar a la prensa ni hizo declaraciones al final del encuentro, como sí ocurrió esta misma semana cuando recibió al ministro italiano de Exteriores, Gianfranco Fini.

Moratinos se declaró "muy satisfecho de la reunión y el trato". "Estoy totalmente satisfecho", añadió, "con el protocolo que me han asignado". Salió del encuentro visiblemente contento y mucho más relajado de lo que había entrado.

Lucha contra el terrorismo

En cuanto a contenidos, destacó la voluntad común de seguir luchando "codo a codo" -como decía el presidente George W. Bush en los tiempos de José María Aznar- contra el terrorismo y el compromiso de trabajar conjuntamente en dos grandes áreas de interés compartido: América Latina y Oriente Próximo.

"He podido aclarar algunos malentendidos de este año 2005", comentó el ministro, que, en relación con Venezuela, problema central de las conversaciones que ha mantenido los dos últimos días en Washington, dijo que "no ha habido asperezas, sino falta de comunicación y diálogo".

El jefe de la diplomacia española indicó que fue él quien sacó el tema y abordó la explicación de la polémica venta de material militar al régimen de Hugo Chávez. El ministro llegó al encuentro optimista, porque el republicano Norman Coleman, presidente del subcomité de Asuntos Hemisféricos del Senado, se había mostrado la víspera receptivo a los argumentos españoles.

Moratinos aseguró que Rice no le pidió en ningún momento que España reconsidere el contrato ya firmado para la entrega a Venezuela de patrulleras, corbetas y aviones militares de transporte, lo mismo que descartó que su interlocutora desconfiara de un aumento de la influencia española en una región que, para EE UU, ha sido siempre "el patio trasero".

"Por el contrario, sí me pidió que trabajemos juntos en América Latina. Nuestros embajadores y funcionarios se van a coordinar mucho más, para compartir puntos de vista y análisis", añadió el ministro. Rice comentó que, si la política española puede contribuir a moderar a Chávez, también le da un respiro frente a las presiones de Washington. Son diferencias que, presumiblemente, habrá de abordarse con las nuevas coordinaciones.

En relación con Cuba, las diferencias del enfoque entre Madrid y Washington se mantienen, pero Moratinos destacó la satisfacción de la secretaria de Estado por el apoyo de España y toda la UE a la resolución que EE UU logró que se aprobara en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU el pasado jueves. El ministro no quiso comentar la reacción muy negativa de La Habana a esta resolución. "Cada uno expresa su opinión, pero lo importante es que sigamos dialogando [con el castrismo]", dijo.

Sobre Oriente Próximo, subrayó la convergencia de puntos de vista, señaló que había animado a Rice a encontrar una fórmula para que EE UU participe en la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, a finales de noviembre, y anunció a su interlocutora que España va a elevar ya a la categoría de Embajada su representación diplomática en Irak, hoy en manos de un encargado de negocios.

Rice y Moratinos confirmaron, por último, el calendario de contactos bilaterales ya anunciado, por el que, sucesivamente, vendrán a la capital estadounidense los ministros de Interior, José Antonio Alonso, los próximos lunes y martes; Defensa, José Bono, del 2 al 5 de mayo; Justicia, Juan Fernando López Aguilar, el 4 y 5 de mayo, así como la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, en fecha aún no fijada.

"Por encima de cualquier declaración, estos contactos son lo sustantivo de las relaciones. En la lucha contra el terrorismo, como en materia de Defensa, en América Latina o en Oriente Próximo, se trabaja, como siempre, en un clima de normalidad y diálogo", concluyó Moratinos.

El ministro Moratinos, junto a Condoleezza Rice, durante su encuentro en Washington.
El ministro Moratinos, junto a Condoleezza Rice, durante su encuentro en Washington.EFE

Cuestiones personales

Las reservas personales que George W. Bush pueda albergar en relación con José Luis Rodríguez Zapatero no son una prioridad del Ejecutivo en este momento, como tampoco la visita oficial que permitiría aclarar el panorama entre los dos líderes. "Las relaciones personales tienen un papel en la política internacional, pero también los intereses de los Estados y el clima de opinión que se crea entre los políticos y las Administraciones. Eso es lo que estamos intentando hacer, transmitiendo ideas que quizás no habían llegado aquí antes. Lo personal sólo se aborda en la esfera de lo personal", comenta una fuente de Exteriores.

"Lo que importa es que el comercio bilateral vaya bien, como está ocurriendo, y que la cooperación se desarrolle con normalidad en todos los ámbitos", dice otro funcionario.

Tener cerradas las puertas de la Casa Blanca, si lo demás funciona, implica un coste político incierto, porque lo que se pierde por un lado es fácil que se gane electoralmente por otro. Basta pensar que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sigue considerando hacer un gesto firme ante Bush, porque probablemente le servirá para contener la pérdida de apoyos que pusieron de manifiesto las últimas elecciones locales. Paralelamente, parece razonable que Zapatero no tenga prisas en corregir un estado de cosas que, en todo caso, depende poco de él y sobre el que cada vez tendrá que dar menos explicaciones.

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