El ex responsable de adjudicar obra pública en Cataluña admite haber recibido presiones

El ex presidente de GISA —la empresa que gestiona la obra pública de la Generalitat catalana— Joan Ignasi Puigdollers, nombrado por Convergència i Unió, ha admitido que, pese a que nunca nadie le indicó que debía adjudicar un contrato a una empresa determinada, "tal vez sí" le dijeron que mirara alguna oferta "con cariño". Al ser preguntado por el PP sobre de dónde venían esas recomendaciones, Puigdollers ha dicho primero que no se acordaba y luego ha dicho que no, en realidad no le había dicho nunca nadie eso.

Puigdollers ha comparecido hoy ante la comisión parlamentaria que investiga el derrumbamiento de El Carmel y el posible pago de comisiones en la adjudicación de obra pública en Cataluña. "Nunca se me ha pedido que adjudique [una obra]. ¿Que me la mire con cariño? Tal vez sí", ha declarado Puigdollers. Sin embargo, al insistir sobre el tema el diputado del Partido Popular de Cataluña, Daniel Sirera, Puigdollers ha terminado negando lo que acababa de decir.

El pasado 14 de marzo, el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, explicó en la primera sesión de la comisión el método por el que se adjudicaban las obras públicas licitadas por GISA durante los Gobiernos de Jordi Pujol. "Una terna y el que más convenga", y de modo "discrecional"; o sea, que se planteaban tres ofertas y "la decisión [final] se situaba en un ámbito político"; en concreto, según Nadal la tomaba "el presidente de GISA y un responsable político". Es decir, Puigdollers y otra persona, que presumiblemente sería el que le recomendaba mirar con más cariño a una oferta que a las demás. Puigdollers ocupaba el puesto cuando se aprobó el proyecto que provocó el derrumbe de El Carmel.

Puigdollers ha negado que Felip Puig, el antecesor de Nadal en el cargo y ex portavoz parlamentario de CiU, "desempatara" los concursos públicos en caso de necesidad; sin embargo, ha admitido que sí "opinó" en la asignación del sistema de señalización de la línea 9 de metro porque "tenía unas características técnicas muy especiales". ¿Especiales por qué? Había dos ofertas entre las que elegir, de Siemens y Alcatel, que proponían un sistema que "no se había montado en ningún lugar del mundo" con diferencias económicas "poco significativas". "Era muy aventurado adjudicar un contrato de cerca de 100 millones de euros que además no estaba en explotación en ningún lugar", ha explicado Puigdollers, por lo que en este caso "todo el mundo opinó", incluido Puig. Pero eso sí, "en GISA nunca se ha cobrado una comisión".