El chino 1.300 millones no será una estrella

La carrera mediática del pequeño Zhang Yichi comenzó y concluyó el pasado 6 de enero. Aquel día nació, fue proclamado como el chino 1.300 millones, su foto ilustró las portadas de miles periódicos y su imagen, aún en el quirófano del hospital, se difundió en las televisiones de todo el mundo. Ahora, cuando varias empresas de leche para niños y papillas pretendían prolongar el estrellato del pequeño a través de los anuncios de televisión, sus padres, dos humildes trabajadores pequineses, han dicho basta y han rechazado las suculentas ofertas económicas.

Sus argumentos son contundentes. "Es una suerte ser el chino número 1.300 millones", ha declarado el padre del bebé, Zhang Tong, empleado de una compañía aérea al diario Beijing Daily Messenger, "pero…mi hijo es demasiado joven y muchas actividades comerciales tendrían una impacto negativo el desarrollo del pequeño".

Lo que sí aceptaron los padres del pequeño Yichi fue una poliza grautita que les ofreció una compañía de seguros, según ha informado la agencia de noticias Xinhua. Sin embargo no se sabe si en el acuerdo se incluye el uso de la imagen del pequeño por parte de la empresa.

El nacimiento del bebé 1.300 millones ha reabierto en China la polémica sobre la política del Hijo Único, implantada hace 30 años en el país, que multa a los padres que tengan más de un descendiente (dos en las zonas rurales). Las medidas han conseguido retrasar cinco años que China alcanzara esa cifra pero paralelamente ha provocado un envejecimiento de la población que amenaza el precario sistema de pensiones en el país. Además, ha fomentado el aborto selectivo de niñas -menos aptas para los trabajos en el campo- y paralelamente, una desproporción entre varones y mujeres, que ha hecho aumentar dramáticamente el número de varones solteros.