¿Qué guarda una caja escondida hace dos siglos en un puente de París?

Un obrero encontró el pasado miércoles en el interior de la estatua ecuestre del rey Enrique IV, situada sobre el Pont Neuf que cruza el río Sena en el corazón de París, siete cajas de plomo selladas que fueron ocultadas en ese lugar hace dos siglos, cuando se construyó y colocó en su posición actual la escultura.

El hallazgo, y sobre todo la imposibilidad de atisbar su contenido con ayuda de rayos X, despertó la imaginación de los historiadores, que comenzaron a aventurar hipótesis sobre lo que ocultaban en su vientre desde 1818. Las soluciones más realistas apuntaban a documentos sobre la construcción de la estatua o sobre su posterior colocación en el más antiguo de los puentes actuales de la capital francesa, aunque no faltó quien dejó caer que podrían ser cartas de amor de una reina, talismanes francomasónicos o incluso un tesoro sacado del palacio real para evitar pillajes.

El misterio se ha desvelado esta tarde en el Ministerio de Cultura francés, en presencia de su titular, Renaud Donnedieu, y de un especialista en el rey Enrique IV, Jean-Pierre Babelon. Las siete cajas, descubiertas en el vientre del caballo durante los trabajos de restauración y limpieza de la estatua, ocultaban libros, monedas y documentos, según ha informado el Ministerio de Cultura.

Una de ellas estaba repleta en efecto de documentos relativos a la instalación de la estatua sobre el puente, construido por orden del rey Luis XIII. Otra contenía un ejemplar del libro Las economías reales, de Sully; la tercera, dos volúmenes de La heriade; la cuarta, uno de Vida de Enrique IV, de Péréfixe y 26 monedas de plata y bronce; y las otras tres documentos y pergaminos, que deberán ser restaurados para averiguar sobre lo que versan, dado su mal estado.