La mayoría conservadora del Poder Judicial copa ocho cargos clave de la judicatura

La mayoría conservadora del Poder Judicial (CGPJ) ha logrado que ocho de los diez cargos judiciales que se renovaban hoy fueran ocupados por jueces de su misma tendencia ideológica. Así, el conservador Javier Gómez Bermúdez se ha hecho con la presidencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, cargo al que también aspiraba Baltasar Garzón. Bermúdez ha obtenido once votos frente a los ocho de su rival, aunque ha necesitado de cuatro votaciones, el máximo que permite la ley, para salir elegido.

Además de reñida, la votación no ha estado exenta de polémica. La minoría progresista ha denunciado la elección de Bermúdez, quien está "mil números más abajo que Garzón en el escalafón de la carrera judicial", y ha acusado a los conservadores de no dar "ningún argumento sólido para su designación". A estas críticas se ha unido esta tarde el diputado socialista Diego López Garrido, que ha tildado de "escándalo" la designación de Bermúdez. En su opinión, el PP trata de "compensar la pérdida de poder legislativo y ejecutivo" con la "ocupación del judicial".

Un escenario parecido se ha repetido en el Tribunal Supremo, la instancia judicial que ha sufrido más relevos y donde también los conservadores han impuesto su criterio en tres de los cuatro cargos. La presidencia de la sala tercera del Tribunal Supremo -la que decide sobre la interceptación de comunicaciones solicitadas por el CNI, o sobre los actos y disposiciones del Consejo de Ministros- ha recaído en Ramón Trillo, conservador, quien ha ganado la votación a los otros dos candidatos: el también conservador Mariano del Oro Pulido y el ex ministro de Justicia en el primer Gobierno del PSOE, Fernando Ledesma. Otro juez propuesto por los vocales del PP, Luis Román Puerta, ha renovado su mandato al frente de la presidencia de la Sala de lo Penal del mismo tribunal.

Los Tribunales Superiores de Justicia -la máxima autoridad judicial en cada autonomía- de Cataluña y Murcia han renovado sus presidencias, cayendo ambas del lado conservador. María Eugenia Alegret estará al mando del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, convirtiéndose en la primera mujer que preside un Tribunal Superior. Alegret contaba con el apoyo de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), de talante conservador, y ha contado con once votos frente a los nueve a favor del actual presidente, Guillem Vidal, que lleva dos mandatos al frente del mismo y pertenece a la progresista asociación Jueces para la Democracia (JpD). En Murcia, Juan Martínez Moya ha ganado la partida a su rival progresita, Andrés Montalbán.

El pleno del Poder Judicial también ha renovado las presidencias de las Audiencias Provinciales de Valencia y Jaén. Pedro Castellano, el candidato de los conservadores e integrante de la APM, ha sido reelegido al frente del tribunal valenciano con doce votos, por ocho de María Filomena Ibáñez, que contaba con el apoyo de los progresistas. En Jaén, Pío José Aguirre también repetirá en el cargo con trece votos y siete en blanco.

Dos puestos para la minoría

La minoría progresista, que ha criticado que los conservadores no cumplan con el criterio de proporcionalidad entre la composición del CGPJ y la tendencia ideológica de los designados, tan sólo ha podido colar a dos de sus candidatos. El primero, Margarita Robles, que será magistrada de la sala tercera del Tribunal Supremo. La ex secretaria de Estado con el anterior Gobierno del PSOE se convierte de esta manera en la tercera mujer que accede a este Tribunal. Margarita Robles ha obtenido once votos frente a los siete de José Díaz Delgado. El otro puesto conseguido por los consejeros progresistas ha sido el de magistrado de la Sala de lo Social del Supremo. La ha logrado Javier Sánchez-Pego Fernández, con 15 votos por tres de Rubén Antonio Jiménez Fernández y uno de Andreu Enfedaque.