Zapatero apuesta por una solución para el Sáhara en la ONU sin ceñirse al Plan Baker

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha contado con el apoyo de su homólogo argelino, Abdelaziz Buteflika, para lograr una solución al conflicto del Sáhara en el marco de la ONU. Un futuro acuerdo, según Zapatero, no tendrá necesariamente que ceñirse al plan de paz diseñado por el anterior enviado de Naciones Unidas a la antigua colonia española, el estadounidense James Baker, que prevé un periodo de autonomía de cinco años previo a un referéndum de autodeterminación.

En su primer viaje oficial a Argel, Zapatero ha reiterado el propósito de su Gobierno de involucrarse, abandonando la inhibición tradicional de España en este asunto, en un "acuerdo que satisfaga a todas las partes": Francia, Estados Unidos, el Frente Polisario y Marruecos, que se anexionó ilegalmente la colonia con la Marcha Verde de 1975.

Después de reconocer que el plan Baker tiene "cosas positivas", pese a fracasar por no contar con el beneplácito del reino alauí, el jefe del Ejecutivo español ha matizado que no hay que estar "sometido" al mismo, pero tampoco descartarlo por completo.

Una visión bien distinta mantiene Marruecos, que desprecia dicho plan porque considera al Sáhara una de sus provincias del sur y afronta el conflicto como un asunto bilateral con Argelia. Argel, por contra, respalda a los independentistas del Polisario en sus reivindicaciones y ve el caso como un problema de descolonización que, por lo tanto, es competencia de la ONU. Es en ese marco donde Zapatero aprecia que llegará la solución definitiva: "El Gobierno de España, al igual que otros, está dispuesto a contribuir a esa solución, que ha de respetar el papel predominante, principal y decisivo de la ONU y que, para que la solución sea viable, factible y eficaz, ha de contar con el acuerdo de todas las partes", ha insistido al término de su encuentro con Buteflika.

Zapatero ha explicado que su "iniciativa política" sobre el Sáhara, que alumbró en su anterior viaje a Marruecos, supone "no regatear esfuerzos" para superar un conflicto que ha causado "tantas decepciones", y ha confiado en que la solución llegue "en el más breve plazo posible"

En todo caso, el presidente ha reconocido que la tarea es complicada: "El camino exige mucho diálogo, calma, prudencia en las manifestaciones y firme voluntad de encontrar una respuesta satisfactoria para todas las partes", que para Zapatero "más que de socios, se trata de un conjunto de actores y países, empezando por los saharauis, que pueden alumbrar un resultado favorable después de tantos años de oscuridad".