Los buzos recuperan el cadáver de uno de los marineros del 'O Bahía' dentro del pecio

El equipo de buceadores que participa en el rescate de los cinco cuerpos aún sin localizar de las víctimas del naufragio del pesquero O Bahía han podido al fin penetrar tras la maraña de redes que rodea el pecio, y han avistado y recuperado el cadáver de uno de los marineros, según han informado fuentes del Ministerio de Fomento. El cuerpo sin vida rescatado corresponde a Lopoldo Couto Alvarez, de 56 años y natural de Rande.

Los buzos sólo pueden realizar inmersiones de quince minutos, en las que uno se sumerge mientras el resto del equipo vigila la operación a distancia. Así, a este ritmo la operación para cortar los aparejos del pesquero podría prolongarse aún varios días, antes de que los submarinistas puedan entrar sin peligro en los restos del barco y rescatar los cuerpos que se encuentren atrapados en su interior. Sin embargo, en una de las inmersiones realizadas hoy un buceador ha podido avistar ya el cadáver de uno de los pescadores, que se encontraba al parecer en la parte superior de la nave, en concreto en el comedor.

El buzo, que inspeccionaba esta mañana la cubierta de popa, observó que una de las puertas que da acceso al comedor estaba abierta; sobre las 13.30, el buceador iluminó con su linterna el suelo de la estancia, y descubrió un cadáver. En una inmersión posterior, otro miembro de Salvamento Marítimo entró en el comedor y recuperó el cuerpo sin vida. El patrón mayor de la Cofradía de Redondela, Fernando Saavedra, ha confirmado que el cuerpo recuperado hoy ha sido fácil de identificar, puesto que se encontraba "en perfecto estado". El cadáver ha sido trasladado al hospital provincial de Santiago para practicarle la autopsia.

El pesquero reposa sobre el lecho marino 80 metros de profundidad, tras hundirse el pasado miércoles frente a las costas gallegas con diez marineros a bordo. Los cuatro marineros que todavía no han podido ser rescatados son José Antonio Andreu Castro, de Redondela; Antonio Domínguez Baúlo, de Pontevedra; Luis Monteagudo Martínez, de Vigo; y Juan Antonio Cordeiro Novas, de Cangas. Las autoridades sospechan que el barco zozobró por un golpe de mar, y se hundió tan rápidamente que cinco de los marineros ni siquiera pudieron tratar de salvarse, muriendo atrapados en las entrañas del buque.

Por si fueran pocas las dificultades para trabajar a tal profundidad, bajo un mar opaco y surcado de corrientes de fondo, los submarinistas han confirmado que los 700 metros del aparejo de pesca del O Bahía se desmadejaron durante el hundimiento. El pecio está envuelto en una telaraña recia y tupida de cordel de nailon. Además, el barco era pequeño, 17,5 metros de eslora, de modo que no existen ojos de buey o ventanas anchas para acceder.