Un adolescente británico, condenado por organizar su propio asesinato

John, un adolescente británico de 14 años, tendrá que pasar tres años bajo la supervisión de la Justicia después de planear a la perfección su propio asesinato con una trama propia de las películas de Alfred Hitchcock. La historia comenzó hace más de un año, cuando John comenzó a seducir a otro adolescente, Mark, de 16 años, haciéndose pasar por una mujer en un chat de Internet.

La relación entre ambos fue fructificando. El personaje fabricado por John, una mujer espía, conquistó a Mark, y le fue prometiendo sexo y algo más: su entrada en el servicio secreto británico. La relación cibernética duró seis meses, y durante ellos John acabó enamorándose de Mark, quien llegó a grabar en vídeo actos sexuales para enviárselos a quien creía que era la mujer de su vida.

Al final, la mujer representada por John impuso una dura prueba a su enamorado: Si Mark quería conquistarla definitivamente y entrar a formar parte del servicio británico tenía que asesinar a un joven. El asesinato estaba perfectamente planificado. Mark debía acercarse a la víctima indicada por su amada, decirle "te quiero, hermano", y apuñalarle. Así conseguiría a la mujer que quería y encontraría trabajo como espía al servicio de Gran Bretaña.

Y eso precisamente es lo que hizo Mark el 29 de junio de 2003 sin saber que estaba apuñalando, en un callejón de Altrincham, a las afueras de Manchester, al propio John. El instigador del asesinato, en este caso la propia víctima, no llegó a morir, y los dos implicados decidieron encubrir toda la historia asegurando que había sido un extraño quien había apuñalado a John.

Sin embargo, las cámaras de un circuito cerrado de seguridad y los rastros de las conversaciones mantenidas por Internet revelaron la verdad. Al ver las pruebas, los adolescentes se declararon culpables ante un juez de Manchester, quien ha condenado a John a permanecer tres años bajo supervisión judicial por instigar su propio asesinato y ha sentenciado a Mark a dos años de libertad vigilada por intentar matar a su amigo.