38 días en el cargo
Carod-Rovira, forzado a abandonar la 'consellería en cap' en el mejor momento electoral de Esquerra
Josep Lluis Carod-Rovira (Cambrils, 1952), sólo ha disfrutado durante 38 días de su puesto de conseller en cap. El 22 de diciembre de 2003 prometió el cargo, una especie de primer ministerio en clave regional, sólo para perderlo por un "grave error político", como se ha calificado unánimemente su reunión con la cúpula de ETA en los primeros días de enero para intentar una salida a la violencia etarra en Cataluña. Algo más de un mes después de hacerse con el puesto en una ceremonia en la que no estuvo presente su antecesor, el convergente Artur Mas, este licenciado en Filología Catalana que se declara "independentista" ha tenido que abandonar.
Y lo ha hecho justo después de que su partido Esquerra Republicana de Catalunya, alcanzara las más altas cotas logradas en democracia. Si en la legislatura anterior ERC actuó como bisagra, con sus 12 escaños, en la actual tenía la llave del Gobierno, tras haber casi duplicado sus resultados, colocando a 23 representantes en el parlamento catalán. Con estos resultados, podía haber dado el Gobierno a CiU una vez más, pero optó por dárselo al PSC de Maragall para, junto con IC-V, formar un Gobierno "catalanista de izquierdas". Como premio a su apoyo, Maragall, el nuevo president, le concedió la conselleria en cap, haciéndole primer ministro de un Gobierno que suscitó severas críticas por parte del PP, que veía en el documento de formación visos de anticonstitucionalidad.
Más allá de eso, el nuevo Gobierno catalán, del que era primer consejero, tiene el encargo de superar más de 20 años de pujolismo y el de redactar un nuevo Estatuto de Autonomía, en el que Carod tenía un papel importante que desempeñar. Además, ostentaba desde su puesto la representación del Gobierno catalán en el exterior. Fueron estas las primeras competencias que perdió, ayer, retiradas por Maragall, que finalmente ha aceptado su renuncia.
Carod preside, es de suponer que seguirá haciéndolo, pese a su caída, un partido que se declara independentista. De ahí su brindis al plan soberanista del lehendakari Ibarretxe nada más conocerse los resultados del 16 de noviembre. O su advertencia al Gobierno central: "Por si desde Madrid no lo han oído, lo que queremos es una Cataluña libre". El pacto que dio origen al tripartito, pues, ha sido descalificado desde el PP, que ha acusado al PSOE de haber perdido su carácter de partido nacional por su alianza contra los independentistas. Y no reniega de su ideario aun después de la caída: "No reniego ni pido perdón por mis convicciones".
En persona, Carod es obstinado y tiene una voluntad de hierro. Y se destaca por una característica fundamental: su capacidad de organización, que le lleva a un aprovechamiento óptimo del tiempo. Periodista frustrado, su preocupación por Cataluña durante la dictadura franquista le llevó a los estudios de Filología Catalana. Su sensibilidad independentista también le ha llevado a mantener contactos con el ala más radical del nacionalismo vasco. Con Batasuna en 2002 para "lograr la paz" y ahora, con dirigentes de ETA, entre ellos Josu Ternera y Mikel Antza, para evitar atentados en Cataluña. El encuentro que ha acabado por arrebatarle el cargo que estrenó hace 38 días.
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