Aznar y Maragall constatan sus "notorias discrepancias" tras reunirse en La Moncloa
El presidente de la Generalitat agradece el talante "abierto" del presidente mientras el Gobierno sólo habla de "respeto" y dice que "hay problemas"
El nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, se ha entrevistado esta tarde con el jefe del Ejecutivo, José María Aznar. La conclusión del encuentro, según ha anunciado a su término el presidente catalán, es que ambos mantienen "discrepancias notorias en casi todos los puntos" tratados, que han sido múltiples. No obstante, el líder socialista ha agradecido el "espíritu abierto" mostrado por el presidente y la "extensión y profundidad" de la conversación que han mantenido.
Menos conciliador se ha mostrado el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de la Presidencia, Javier Arenas, presente en el encuentro. De hecho, Arenas se ha limitado a hablar de "respeto" entre ambas instituciones -Generalitat y Gobierno central- dejando claro que las relaciones entre ellas serán "difíciles". "Hay problemas", ha dicho Arenas nada más comenzar su comparecencia, problemas "derivados" del pacto de Gobierno que sostiene al tripartito catalán, firmado en su día por el PSC, ERC e IC, y que constituye una "base difícil para el diálogo". Sobre todo, porque incluye "puntos", y aquí ha citado textualmente, como que "las fuerzas firmantes se comprometen a impedir la presencia del PP en el Gobierno de Cataluña y la consecución de acuerdos con este partido". Partiendo de esta base, "insólita después de 25 años de democracia", Arenas ha afirmado que el Gobierno central tiene "intención" de mantener el diálogo con el catalán, aunque "el pacto supone una base previa difícil".
A partir de aquí, tanto Arenas como Maragall han enumerado los temas que se han tratado en el encuentro, desde la reforma de los Estatutos de Autonomía, hasta el Plan Hidrológico, pasando por la financiación autonómica, los tribunales superiores de las comunidades o la reforma del Senado. Maragall, como ha reconocido en el comienzo de su alocución, ha encontrado sendos 'noes' a casi todas sus propuestas.
En cuanto a la reforma de los Estatutos o la del Senado, Arenas ha explicado que el Gobierno "se reafirma en la necesidad de mantener la estabilidad institucional y en la defensa de la cohesión", por lo que se niega a cualquier reforma constitucional. "Mantenemos los consensos básicos" sobre los que se aprobó la Constitución de 1978, ha dicho Arenas. Maragall ha confirmado que Aznar "no es partidario de la reforma de los estatutos ni de la Constitución sobre la base de que a España le ha ido bien en estos 25 años".
Sobre la reforma del Estatut en particular, Arenas ha comentado que Maragall tiene previsto redactar un nuevo texto en el plazo de un año y que lo enviará a las Cortes. En caso de dilaciones en su tramitación, Maragall ha anunciado una consulta "que no sería un referéndum", según ha dicho Arenas, sino que podría llevarse a cabo por medio de otros "vehículos sociales", que tampoco "tranquilizan" al Gobierno. En todo caso, Arenas ha querido dejar clara la diferencia entre "una dilación o bloqueo y el voto mayoritario del Parlamento".
En el tema de la financiación autonómica, Maragall ha explicado que su propuesta pasa por "pagar por renta y recibir por población", esto es, "pagar por lo que se tiene y recibir por lo que se es", recordando que "Cataluña está por debajo del 20% de aportación al PIB y en población está, sin embargo, alrededor del 16%". En este punto, Arenas ha esgrimido el argumento de la solidaridad entre las regiones "que ha sido clave en la convivencia en estos 25 años".
Respecto a la propuesta socialista de que los tribunales superiores sean la última instancia judicial, Arenas ha reiterado la postura oficial del Gobierno: "No somos partidarios de 17 Tribunales Supremos, de 17 Agencias Tributarias, de 17 mandos policiales. Queremos fortalecer las instituciones que contribuyen a la cohesión".
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