Gorka Palacios, jefe de los comandos de ETA
Palacios, que había formado parte de los comandos 'Madrid' y 'Donosti', pasó a dirigir la banda el pasado verano
Gorka Palacios Aldai, de 29 años, está considerado por la policía como el jefe de los comandos de ETA, responsabilidad en la que sustituyó el pasado verano a Ibón Fernández Iradi, detenido el pasado jueves. Palacios Aldai, nacido en Barakaldo (Vizcaya) el 17 de octubre de 1974, tenía su residencia en Durango, de donde huyó el 17 de julio de 1997 después de que la explosión accidental de una granada pusiera al descubierto un piso franco utilizado por un comando de ETA denominado Larrano al que supuestamente pertenecía.
Tras la explosión, la Ertzaintza detuvo a Irantzu Zabala Bilbao, novia de Palacios. En el piso, que había sido alquilado por el propio Palacios, la Ertzaintza localizó un polvorín con decenas de kilogramos de explosivo, granadas anticarro y una bomba lapa ya preparada para ser instalada. La policía considera a Palacios Aldai integrante del comando Larrano de ETA, que perpetró la campaña de verano de la banda en 1996 y colocó explosivos en las localidades de Málaga, Almuñecar, Granada y Jaén.
Asimismo, se le imputan los atentados con explosivos contra una oficina de trabajo temporal de Mondragón, en noviembre de 1996; dos atentados frustrados con granadas contra el juzgado de Durango, en marzo de 1997, y contra instalaciones de EITB y de la Ertzaintza en Iurreta, en abril de ese mismo año, y la colocación de un artefacto en una torreta de alta tensión en la localidad vizcaina de Abadiño. Palacios tiene también causa abierta en la Audiencia Nacional por la colocación de un explosivo en 1996 en un cajero de la BBK de Ermua, que no llegó a estallar al ser desactivado por la policía.
Un largo historial delictivo
Un año después de su fuga, a finales de 1998, se incorporó al comando Donosti junto con Juan Luis Rubenach y José Luis Geresta. Los tres compartieron un piso franco en Andoain, hasta que Geresta desapareció de la casa y se suicidó, en marzo de 1999. Esta etapa coincidió con la tregua de ETA, por lo que el comando no llevó a cabo ningún atentado. En mayo de 1999 entró a formar parte del comando Madrid, donde permaneció hasta julio del año siguiente. En esta etapa está acusado de estar implicado en el asesinato del teniente coronel Jesús Blanco, el 21 de enero de 2000, atentado que supuso la ruptura de la tregua.
La Policía identificó a Palacios como liberado (a sueldo) de este comando Madrid, desarticulado parcialmente el 6 de noviembre de 2001 con la detención de su jefa, Ana Belén Egüés Gurruchaga y Aitor García Aliaga tras atentar con coche bomba contra el alto cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Juan Junquera, en la calle Corazón de María de la capital de España. Tras regresar a Francia se incorporó a las estructuras de la organización terrorista en este país.
La captura de diferentes responsables del aparato militar de ETA le había convertido en el jefe de los comandos de la banda el pasado verano, procedente del subaparato de cursillos y formación de la banda terrorista. Palacios había impartido instrucciones precisas para mejorar el adiestramiento de nuevos etarras en el manejo de armas y explosivos, después de transferir sus cometidos al frente del aparato de "cursillos y formación" una vez adquirido un mayor peso en la banda. También, se le considera el promotor de medidas de seguridad internas como la de limitar los desplazamientos de los terroristas para reducir el riesgo que supone para los etarras acudir a entregas de explosivos y citas en puntos de encuentro habituales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.