Juzgado en Barcelona un hombre que fingió su muerte repetidamente para estafar al seguro

El fiscal ha pedido 14 años de cárcel para Alonso C.L., un murciano que reside en Francia, por simular su muerte y su invalidez varias veces, llegando incluso a inyectarse anestesia epidural para fingir una tetraplejia, con el fin de estafar más de un millón de euros (180 millones de pesetas) a 8 compañías de seguros.

La Audiencia de Barcelona celebraba ayer, al tercer intento, la vista contra Alonso C., considerado por el fiscal como un "maestro de la estafa", y su esposa, la portuguesa María A.C., para quienes su abogado ha pedido la absolución al alegar que la pareja ya fue juzgada y condenada a penas de 2 a 5 años de prisión por estos mismos hechos por un tribunal de Perpiñán, en sentencia ratificada por la Corte de Montpellier.

Por este motivo, el hombre ha reconocido hoy en la Audiencia de Barcelona muchos de los hechos que se le imputan y, en otros casos, ha respondido que no los recuerda, alegando el largo tiempo que ha transcurrido desde entonces.

No obstante, el fiscal y la acusación particular, en nombre de las compañías de seguros estafadas, han puesto en duda la veracidad de los documentos judiciales franceses sobre el juicio y la condena al matrimonio y por ello han vuelto a pedir la condena de ambos al tribunal de Cataluña. El juicio se había suspendido con anterioridad en dos ocasiones, una de ellas porque el acusado presentó un certificado médico de que su mujer estaba enferma y que, supuestamente, era falso, según fuentes judiciales.

Su esposa no recuerda nada

Por su parte, la esposa de Alonso C. también ha respondido con evasivas a las preguntas de la acusación alegando que tampoco recuerda los hechos. La mujer sólo recuerda que, por indicaciones de su marido, del que ha asegurado que desconocía sus actividades estafadoras, cobró en una ocasión un cheque de 30.000 euros de una aseguradora y otro de 120.000 euros de otra compañía.

El abogado del matrimonio ha centrado su línea de defensa en que la falsificación de los documentos necesarios, así como el cobro del dinero estafado, se cometió en territorio francés, que ya ha juzgado los hechos.

Alonso C.L. ha trabajado como enfermero, camionero y taxista en Saleilles, un pequeño pueblecito cerca de Perpiñán, donde reside en la actualidad.

Según la acusación, entre 1990 y 1993, el hombre estafó en catorce ocasiones a distintas compañías aseguradoras simulando su muerte o la de su compañera varias veces, e incluso aparentando que se había quedado tetrapléjico, para lo que llegó a inyectarse una anestesia epidural.

El fiscal dice que A.C., un emigrante de Cieza (Murcia), suscribió pólizas de seguro de hasta 120.000 euros con las compañías de seguros en Mataró, Barcelona, Madrid, Figueras y Gerona. En todos los casos, agrega la acusación, simuló accidentes que le causaban la muerte o su invalidez mediante documentación falsa de todo tipo (inscripciones registrales, partes de accidente y otros), que elaboraba desde su domicilio cercano a Perpiñán.

Según las mismas fuentes, el procesado cometió algunas de las presuntas estafas que se le imputan presentando un falso certificado de defunción de su propio padre, que se llamaba igual que él.