La policía sospecha que los presuntos etarras interceptados ayer llevaban explosivos
Los dos individuos, que dispararon contra un gerdarme tras saltarse un control en Pau, viajaban en una furgoneta
Los investigadores están casi convencidos de que el tiroteo en el que un gendarme resultó herido de gravedad ayer en las cercanías de Pau (suroeste de Francia) fue obra de miembros de ETA. La utilización de una furgoneta hace sospechar que, si efectivamente se trataba de militantes de la organización terrorista, se disponían a cargarla con explosivos o ya los llevaban dentro, y en este último caso, se disponían a cruzar hacia España siguiendo un modo de operar ya utilizado en el pasado.
Uno de los dos ocupantes de una furgoneta blanca "Jumper" con matrícula falsa que eludió a primera hora de la tarde del sábado un control cerca del aeropuerto de Pau, disparó contra el agente 13 balas de nueve milímetros de calibre, que son las que acostumbra a utilizar la organización terrorista, dijo un responsable de la Gendarmería.
El gendarme, que también respondió al fuego con su pistola, fue alcanzado por tres disparos: uno le atravesó la mano y acabó en el abdomen, otro le hirió en el brazo y el tercero en el hombro. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y ahora está "fuera de peligro".
El agente Bernard Carrau, de 46 años, casado y con cinco hijos, será interrogado sobre los hechos cuando los investigadores reciban el visto bueno de los médicos que le atienden.
Sigue la operación policial
Las fuerzas del orden pusieron en marcha inmediatamente después del tiroteo el dispositivo "Epervier" (gavilán en francés) para tratar de encontrar a los ocupantes de la furgoneta y buscan además al menos un "garaje franco" que, según los indicios, se encuentra en un triángulo cuyos vértices estarían en las ciudades de Pau, Bayona y Mont-de-Marsan.
En ese área o en sus proximidades ha habido en el pasado detenciones de activistas de ETA, incluidos varios presuntos participantes en el robo de más de ocho toneladas de dinamita en la localidad bretona de Plévin en septiembre de 1999.
Un centenar de gendarmes y agentes de policía en las ciudades participan en ese dispositivo, que se extiende por el departamento de los Pirineos Atlánticos -con capital en Pau, y que incluye el País Vasco francés-, pero también por los vecinos.
Esta mañana, la presencia de controles era evidente en el País Vasco francés, y así por ejemplo, dos autobuses de policías estaban en el peaje de Biarritz de la autopista A63 que va hasta la frontera española por Hendaya.
El incidente ocurrió cuando un equipo de gendarmes realizaba un control de alcoholemia a unos pocos kilómetros de Pau y un vehículo lo eludió y se dio a la fuga.
Dos motociclistas salieron en su persecución y en un cruce, uno de ellos perdió la pista. El otro continuó durante dos o tres kilómetros hasta que la furgoneta se detuvo en una pequeña carretera local, en medio del campo en Sauvagnon, y cuando el gendarme iba a controlar a los ocupantes del vehículo con su pistola en la mano, el conductor salió del vehículo y le disparó a bocajarro.
Los investigadores creen que utilizó una pistola con un gran cargador en el que puede haber hasta una quincena de balas.
Los hechos ocurrieron en el mismo momento en que varios miles de policías (entre 5.000 y 10.000 según las fuentes) se manifestaban en París para protestar por los violentos ataques sufridos por algunos agentes de las fuerzas del orden en servicio y reclamar medios suplementarios.
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