Aznar excusa su ausencia del funeral de Lidón por el respeto a la familia y la seguridad

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha salido hoy al paso de las críticas a su ausencia de ayer en los funerales del magistrado José María Lidón, asesinado el miércoles por ETA. El presidente ha querido dejar claro que no acudió ayer en el País Vasco por respeto a la decisión de su familia y por "razones estrictas de seguridad", y ha calificado de "miserable" hacer cualquier otra interpretación.

Aznar ha hecho estas consideraciones en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro británico, Tony Blair, tras la reunión que ambos han mantenido en el 10 de Downing Street.

Las justificaciones de Aznar ya habían sido adelantadas por la mañana por los ministros de Exteriores, Josep Piqué, y Presidencia, Juan José Lucas. Piqué se ha hecho eco fundamentalmente del respeto a la decisión de la familia, mientras que Lucas ha insistido en el tema de la seguridad.

El jefe del Ejecutivo, al ser preguntado por su ausencia, ayer, en el funeral y posterior manifestación convocada en el País Vasco en rechazo al asesinato por ETA del magistrado José María Lidón, ha subrayado que lo que hay que lamentar y condenar, esencialmente, es la acción terrorista que acabó con la vida del juez.

A este respecto, Aznar ha declarado que lo que le preocupa es que se haya asesinado a una persona que estaba al servicio de la Administración de Justicia y se encargaba de defender las libertades y derechos de los españoles. Además, ha expresado que su máxima preocupación está ahora con la familia del magistrado, para que puedan recuperarse de la pérdida que ha supuesto su asesinato.

Aznar ha añadido que nunca actuará de forma contraria a lo que supongan los planteamientos de las familias de los asesinados.

"Cualquier otra interpretación, para alguien que, desgraciadamente ha asistido a demasiados funerales de víctimas del terrorismo, me parece, sencillamente, miserable", ha reiterado Aznar.

Sin embargo, en las filas de la oposición se ha criticado hoy la ausencia del presidente a los funerales del magistrado Lidón en Getxo.

Críticas de la oposición

El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Jesús Caldera, ha asegurado hoy que su partido "no cae en cuestiones de protocolo" cuando se trata de apoyar a los familiares de las víctimas de ETA. Para el portavoz del PSOE, cuando alguien ha dado su vida por la defensa de las libertades, "el protocolo es lo de menos".

Caldera, tras ser preguntado por los periodistas sobre la ausencia en el funeral del presidente Aznar, ha subrayado que "cuando hay que estar al lado de las víctimas, hay que estar por encima de todo; da igual en primera fila que en la última".

"Lo importante es el testimonio de valor, de ayuda y apoyo a alguien injustamente asesinado, sobre todo la firmeza en la defensa de los principios con los que ETA no acabará nunca", ha dicho Caldera.

Sobre las razones de seguridad que ha esgrimido Aznar para excusar su presencia, al no poder ocupar las primeras filas por el carácter "no institucional del funeral, Caldera ha dicho que "habría que preguntarle a él, no soy la persona indicada para interpretar tan compleja personalidad".

También desde el PSOE, su secretario de Organización, José Blanco, ha lamentado la ausencia de Aznar porque, a su juicio, "a los ciudadanos vascos les hubiera gustado que el presidente del Gobierno hubiera estado ayer en la manifestación de Getxo".

Mientras, el coordinador de Ezker-Batua (Izquierda Unida), Javier Madrazo, ha denunciado la "prepotencia y altanería política" del presidente del Gobierno, por no acudir ayer al funeral de la última víctima de ETA.

"La posición de Aznar demuestra su prepotencia y altanería olítica, así como su baja talla humana al negarse a acompañar a la familia de Lidón en las mismas condiciones que el resto de instituciones y agentes políticos y sociales", ha declarado.

Según Madrazo, el jefe del Ejecutivo no acudió al funeral porque "no se le reservó un sitio de honor en la iglesia por expreso deseo de la familia que mantuvo la misma actitud con todas las instituciones y los partidos políticos".

Por ello, a juicio del consejero del Gobierno vasco, "resulta evidente que Aznar no acudió a Getxo porque no tenía garantizada la rentabilidad política, electoral y partidista que siempre le gusta obtener del terrorismo".