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CONFLICTO DIPLOMÁTICO

Londres se fija un plazo de 15 meses para zanjar el conflicto de Gibraltar

El Gobierno de Londres se ha dado un plazo de 15 meses (hasta finales de 2002) para normalizar las relaciones con España por el contencioso de Gibraltar, según han confirmado hoy fuentes del ministerio británico de Asuntos Exteriores. Según el diario The Times, que adelanta hoy la noticia, el Ejecutivo británico pretende además establecer un nuevo estatus internacional para esta colonia en un intento por vigorizar una cuestión que lleva paralizada unos tres años y medio.

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La noticia ha sido confirmada esta mañana por fuentes del ministerio británico de Asuntos Exteriores consultadas por Efe. El citado portavoz ha reconocido que "ciertamente, existe un marco temporal hasta finales de 2002 para obtener algún tipo de impulso" a la "normalización de las relaciones".

La fijación de este plazo es consecuencia directa de la entrevista que tuvieron en Londres el pasado 26 de julio los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Jack Straw y Josep Piqué, quienes decidieron reanudar el diálogo sobre Gibraltar en el marco del llamado Proceso de Bruselas.

Straw y Piqué tienen previsto volver a reunirse en Madrid a finales de octubre o principios de noviembre. Ambos países decidieron establecer una metodología y unos grupos de trabajo para el seguimiento de las conversaciones. El Foreign Office ha insistido, en todo caso, que cualquier tipo de acuerdo con España requeriría que el pueblo de Gibraltar pudiera pronunciarse al respecto.

En una entrevista que hoy publica el Gibraltar Chronicle, Peter Hain, el ministro británico de Asuntos Europeos, asegura a los gibraltareños que tendrán un buen futuro si apoyan un proceso de negociaciones, subrayando que "si la gente quiere anclarse en el pasado, el futuro les dejará a un lado".

El citado rotativo recuerda que en 1969 a los gibraltareños se les reconoció una Constitución que asumía los derechos de la población local y garantizaba que el Reino Unido no dejaría su soberanía en manos de otro país en contra de su voluntad. Pero el hecho de que Gibraltar forme parte de la Unión Europea dado que pertenece al Reino Unido ha provocado no pocos problemas respecto a su estatus, dado que la política de la Comisión Europea influye cada día más en la vida de la colonia.

Por su parte, España ha vetado numerosas cuestiones en el seno de la UE debido al contencioso con el Reino Unido por Gibraltar, como la iniciativa del cielo único europeo, que pretende dar mayores garantías a los usuarios del transporte aéreo en temas como el overbooking ó exceso de reservas.

Necesaria cooperación

Pero, según señala The Times, a menos que Gibraltar coopere en las negociaciones ango-españoles, los bloqueos en el seno de la UE continuarán. El propio Peter Hain asegura que nadie va a obligar a los gibraltareños a hacer algo que no quieran, pero la perspectiva de verse alejados de los derechos comunitarios está provocando una gran preocupación en los sectores comercial y financiero de la colonia.

Cuando Hain visitó Gibraltar hace unos 15 días, se reunió con la oposición y con los grupos que se oponen al proceso de Bruselas, que en 1984 permitió la reapertura de la frontera con España, 16 años después de que Franco la cerrase. Hain describió sus "mentes cerradas" como inmaduras, y animó al ministro principal, Peter Caruana, a reavivar el proceso de negociaciones sobre la base de que éste es sólo un marco posible y tiene una nueva agenda.

A pesar de ello, Caruana ha indicado que asistirá a las negociaciones sólo si el Reino Unido le garantiza que Gibraltar será considerado como un interlocutor directo y no como una parte integrante de la delegación británica, bajo la fórmula "dos banderas, tres voces".

Por su parte, Peter Hain ha indicado haber detectado un cambio de actitud en Madrid, agregando que "lo que estamos intentando hacer es normalizar la situación y normalizar las relaciones, en los campos de la política, la cultura, la economía y la diplomacia. El estatus actual de Gibraltar no es sostenible", según Hain, para quien "si los gibraltareños deciden quedarse atrás, no tendrán un futuro fácil".

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