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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Localizada una finca en Huelva donde se explotaba a un centenar de inmigrantes sin permiso de trabajo

Los trabajadores carecían de agua potable y los alojamientos proporcionados por la empresa carecían de las mínimas condiciones de habitabilidad

Los inspectores de trabajo, que han logrado identificar a 56 trabajadores, de nacionalidades marroquí, ecuatoriana, lituana y rumana, extenderán el acta de infracción a la empresa por la contratación de extranjeros sin permisos de trabajo. Además, debido a las condiciones extremadamente penosas en las que habitaban, el caso ha sido remitido a la policía judicial por si fuera constitutivo de delito.

En una visita de control de empleo efectuada dentro de la campaña de control irregular, un equipo de inspectores de Trabajo y Seguridad Social comprobó el pasado sábado la presencia de un elevado número de trabajadores extranjeros, más de un centenar, en una explotación agraria dedicada al cultivo de la fresa situada en el término municipal de Almonte (Huelva).

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Tema:: Inmigración en España

En su visita, los inspectores lograron identificar a 56 trabajadores, ya que los demás huyeron tras ser avisados por personas relacionadas con la empresa que se desplazaban por el lugar con dos vehículos todoterreno.

Una parte de los identificados carece de permiso de trabajo por lo que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social procederá a levantar la correspondiente acta de infracción a la empresa.

Sin agua potable y sin aseos

Además de las irregularidades en materia de empleo, los inspectores pudieron comprobar en el curso de su visita que los alojamientos proporcionados por la empresa a los trabajadores carecían de las mínimas condiciones de habitabilidad exigibles.

No tenían agua potable y el agua no potable estaba racionada; tampoco tenían letrinas, lugares de aseo y comedores en los tres módulos de chapa metálica donde vivían, de unos seis metros cuadrados cada uno, donde tampoco había luz eléctrica ni ventilación, y dormían hacinados hasta diez trabajadores por módulo.

En este espacio reducido, sin ventilación y en medio de un olor nauseabundo que propicia la atracción de múltiples insectos y supone un foco de infección importante, dormían, preparaban la comida y comían los trabajadores al no disponer de un lugar adecuado para ello.

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