La Audiencia condena a 10 años al ex dirigente etarra Antxon por el 'caso Sokoa'

En una sentencia notificada hoy, la Sección Primera de la Sala de lo Penal considera probado que Antxon, quien negó en el juicio pertenecer a ETA aunque dijo ser "un conocido militante antifascista", "ejercía funciones de relevancia" en la banda terrorista, según la documentación incautada en la cooperativa Sokoa, en las cercanías de la localidad vascofrancesa de Hendaya.

En 1986 fue descubierto en esta cooperativa, dedicada a fabricar muebles, un zulo en el que la banda terrorista almacenaba información sobre su actividad, dinero, armas y explosivos.

El Tribunal también tiene en cuenta para condenar a Antxon y a Macario "la declaración incriminatoria" que prestó en el juicio el etarra arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa, a quien la Audiencia Nacional ha absuelto por primera vez al haber retirado las partes la acusación contra él por pertenencia a banda armada, delito por el que ya está condenado.

Antxon, expulsado a España en 1997 por la República Dominicana donde se encontraba deportado, cumplirá el próximo 9 de agosto cuatro años de prisión preventiva, máximo establecido por la Ley, con lo que, al tratarse de una sentencia recurrible ante el Tribunal Supremo, y por lo tanto carente de firmeza, podría quedar en libertad, ya que no tiene más causas pendientes.

No obstante, fuentes jurídicas señalaron que si la sentencia es recurrida, el tribunal, a instancias del fiscal, podría solicitar la prorroga de la cárcel por la mitad de la pena impuesta, con lo que se quedaría en cinco años, y al haber cumplido cuatro en prisión preventiva permanecería sólo un año más privado de libertad, siempre y cuando la sentencia aún no sea firme.

Dirección ideológica

La Audiencia Nacional considera probado que en los años ochenta "y con posterioridad" la organización terrorista "se encontraba parcialmente en Francia, donde residían varios de sus miembros principales y donde se creó toda una infraestructura, para facilitar la continuación de sus acciones violentas en España".

Desde Francia, ETA "desarrollaba la organización de sus comandos y la contabilidad, con el cómputo de gastos e ingresos, en su mayoría debidos a los pagos que exigían a empresarios españoles mediante el llamado impuesto revolucionario".

La Sección Primera asegura que la dirección de ETA estaba entonces constituida por un Comité Ejecutivo integrado por los responsables de los denominados aparato internacional-político, aparato militar, aparato de logística, y aparato de tesorería.

En esos años, Antxon, que en abril de 1989 intervino como portavoz de ETA junto a Macario en las llamadas "conversaciones de Argel" con representantes del Gobierno español, era el responsable del aparato de logística y, además de dar cursillos de formación, se encargaba de "fijar las líneas ideológicas del grupo y de orientar los objetivos" de los comandos armados.

Tras su detención en 1984 en Francia, Antxon inició un periplo que le llevó a la República Dominicana, luego a Ecuador, Argelia y Santo Domingo, donde permaneció hasta 1997. Desde allí siguió remitiendo a la dirección de ETA documentación sobre las líneas ideológicas de la banda y la selección de objetivos.

Macario, quien tras las conversaciones de Argel fue expulsado a la República Dominicana junto a Antxon y Soares Gamboa, se integró en 1979 en ETA, y formó parte primero del comando Araba y después del comando Madrid, "interviniendo de forma directa" en tres asesinatos, dos en Alava y otro en Madrid, así como en el secuestro de Diego Prado y Colón de Carvajal en 1983, hechos por los que ya ha sido condenado.

Por el llamado caso Sokoa han sido condenados Juan Luis Zabaleta Elosegui y José Antonio Gogorza Zugarramurdi, mientras que el Tribunal Supremo absolvió al parlamentario de EH José Antonio Urruticoechea Bengoechea, Josu Ternera, al estimar que ya había sido condenado en Francia por estos hechos.