La Policía y la Fundación Mutua Madrileña lanza una campaña contra el acoso escolar: “Nos puede tocar a cualquiera”
La iniciativa se dirige a los padres y madres no solo de víctimas, sino también a los de acosadores y testigos como parte fundamental en la prevención del problema
“El acoso escolar nos puede tocar a cualquiera. Habla con tus hijos” es el lema de la iniciativa que han lanzado este martes la Policía Nacional y la Fundación Mutua Madrileña para sensibilizar ante esta problemática a las familias de los niños que sufren, provocan o presencian agresiones en sus clases o a través de dispositivos digitales. “Ningún niño está a salvo de este tipo de violencia”, ha destacado el director general de la Policía, Francisco Pardo, que ha calificado el acoso de “pesadilla y desgracia” para quien la sufre. También se ha centrado en los niños que la ejercen y su familia, que tienen un papel importante en impedirla y prevenirla. “Es una lacra grave que no es cosa de niños, sino una responsabilidad social. Para que no se produzca, hay que luchar desde todas las atalayas”.
La iniciativa, que va dirigida a las madres y padres tanto de víctimas como de acosadores y testigos, cuenta con tres piezas audiovisuales —el primer vídeo ya puede visualizarse— que reflejan el impacto emocional que padecen los intervinientes en situaciones de acoso escolar, y destaca la importancia de hablar con los menores para evitar ser víctima o autor de esta violencia. Estos vídeos se difundirán en los canales propios de ambas entidades. En el caso de la Policía Nacional, sus redes sociales alcanzan a más de 7,5 millones de personas, mientras que la Fundación llega mensualmente a 1,5 millones de hogares de sus asegurados. “Es una cuestión que tiene que ver con los derechos humanos y es necesario remar juntos para reforzar ese elemento básico de la convivencia que es el respeto”, ha enfatizado Pardo.
Más sensibilización
El Estudio Estatal sobre la Convivencia Escolar en Centros de Educación Primaria, publicado a principios de mayo por el Ministerio de Educación, concluye que el 9,5% del alumnado de esta etapa dice haber sufrido acoso y el 9,2% ciberacoso, aunque otros estudios elevan estos porcentajes. La mayor parte de los menores víctimas de acoso escolar tienen entre ocho y 13 años, de acuerdo con las estadísticas de las Unidades de Participación Ciudadana. “Nadie está a salvo”, ha reiterado el director general de la Policía.
Pardo ha explicado que una de las conclusiones positivas de este estudio es que hay “un buen clima general”, pero el 7,7 % de las familias piensa que sus hijos ha podido ser víctimas de acoso, “un motivo para activarnos como cuerpo policial”. Además, ha subrayado “el trabajo intenso” del cuerpo con las fiscalías, los jueces y los servicios sociales y ha enviado un mensaje de “confianza y esperanza” a los padres afectados por este problema “complejo”. “La protección de los más vulnerables es una prioridad para la Policía Nacional y nunca dejará de serlo, ya que es tan prioritario como luchar contra el terrorismo o el ciberdelito”, ha asegurado.
Según los estudios sobre el acoso en España realizados por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, un niño acosado tarda 13 meses en contárselo a alguien, el 36% se lo oculta a sus padres y el 90% de las víctimas desarrollan problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente). Además, en el 75% de los casos la víctima sufre acoso de forma diaria y en el 52% el hostigamiento dura más de un año. Las formas más habituales de acoso, ha enumerado, por su parte, el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin, son: insultos, motes o burlas (80%); aislamiento (40%); difusión de rumores (36%); golpes, violencia física (25%); y, robos (20%).
Por otro lado, las cinco señales más frecuentes que, según los profesionales de la psicología, presenta un niño o adolescente que está sufriendo acoso, son: estado de ánimo decaído, tristeza, sensación de vacío; desinterés por las actividades ordinarias que antes desarrollaba; trastornos psicosomáticos como dolores de cabeza, de estómago, fiebre; no querer ir al centro educativo; y, síntomas de ansiedad, falta de sueño, pérdida de apetito.
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