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Los rusos pasan frío: una ola de averías deja muchas localidades sin calefacción

Las ciudades rusas se enfrentan a los recortes en el mantenimiento de las instalaciones para mantener la financiación de la guerra y las dificultades para importar recambios

Varias personas caminan por una calle de Moscú nevada el 6 de enero.
Varias personas caminan por una calle de Moscú nevada el 6 de enero.YURI KOCHETKOV( EPA/EFE)
Javier G. Cuesta

Vladivostok, en el extremo oriental de Rusia, ha sido la última ciudad grande del país en unirse a la lista de los apagones masivos de calefacción en uno de los inviernos más fríos que se recuerdan. Una subestación eléctrica del principal puerto ruso del Pacífico ardió el pasado martes y dejó a merced del frío, unos -10.º de media, a 475 bloques de apartamentos y cientos de viviendas más. Y no ha sido el único caso: otros distritos con miles de vecinos vivieron situaciones semejantes antes. Según el Ministerio de la Construcción ruso, entre el 30 de diciembre y el 22 de febrero se registraron 4.382 incidentes en servicios comunitarios de todo el país.

El colapso de los servicios comunales se debe a un cúmulo de factores. Por un lado, las sanciones impuestas por la invasión de Ucrania han dificultado el acceso a las piezas que precisan las instalaciones energéticas. Por otro, el presupuesto es absorbido por los gastos militares para mantener una guerra que se encamina hacia su tercer año.

El Ministerio de Finanzas ruso ha mantenido la financiación pública del mantenimiento de viviendas para este año, aunque por la inflación se reduce en más de un 5% en términos reales -si la inflación oficial es real-, pero después será peor: recortará el gasto un 43% en 2025 y un 25% en 2026.

La mayor señal de alarma llegó de Podolsk, a las afueras de Moscú, a principios de enero. Unas 20.000 personas se quedaron sin calefacción cuando la región sufría una terrible ola de frío a temperaturas de -30 grados. Los técnicos no lograrían restaurar completamente el circuito de calor hasta dos semanas después, y las imágenes de los vecinos calentándose en torno a hogueras improvisadas se viralizaron en los medios rusos.

También ocurrieron otros incidentes similares en Novosibirsk, capital de Siberia, donde otras 14.000 personas se quedaron sin calefacción, y Lipetsk, al sur de Moscú, con 10.000 afectados. Según el presidente del comité parlamentario de Construcción, Vivienda y Servicios Comunales, Serguéi Pajómov, aproximadamente un 70% de la infraestructura de calefacción, agua y alcantarillado presentaba un serio desgaste en 2022, y la situación se ha agravado el pasado año.

La solución propuesta por la Duma Estatal es apretar aún más los bolsillos de los rusos. El diputado Andréi Kartapolov, presidente del comité de Defensa de la cámara baja, ha instado a aumentar en un 15% la factura de la comunidad.

“Desde un punto de vista político, probablemente sea cierto que no debería aumentarse la tarifa para que la población no diga palabras feas, pero nadie ha tratado el componente económico: la tarifa debe equivaler al menos a la inflación”, afirmó Kartapolov en su canal de Telegram sin abordar el motivo por el que se han disparado los precios desde el inicio de la invasión de Ucrania.

Las sanciones han golpeado a la vida diaria de los rusos directa e indirectamente. Los presupuestos del Gobierno se sustentan con los ingresos de los hidrocarburos, y sus petroleras y gasistas se enfrentan a grandes dificultades para poder importar la maquinaria que necesitan para operar.

La refinería de gasolina de Lukoil en Nizhni Nóvgorod, una de las mayores del país, ha reducido su producción a la mitad por una avería que no podrá ser solucionada “a corto plazo”, según explicó la compañía al diario Kommersant a mediados de enero. El tope al precio del petróleo ruso introducido por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales ha impulsado la exportación de los refinados rusos. Sin embargo, gran parte de su infraestructura procede de otras naciones y las sanciones suponen un desafío a la larga.

Alrededor de un 5% de la gasolina que produce el país procede de aquella planta, situada a medio millar de kilómetros al este de Moscú. Los equipos compresores de una de sus dos unidades fallaron y, según las fuentes del periódico, no serán reparados antes de primavera. “Estamos haciendo todo lo posible para restablecer la producción lo más pronto posible”, afirmó Lukoil en un comunicado. La compañía dejó de vender gasolina de 95 octanos en el mercado de valores.

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