Canadá tiene un problema con sus enfermeros
El alabado sistema sanitario del país hace agua. Falta personal porque los salarios son bajos y las jornadas laborales, maratonianas
Los canadienses tienen un problema con la mano de obra. Hay 848.000 empleos vacantes, según un reciente informe del Gobierno. Un sector particularmente afectado por la carestía de personal es el sanitario y, en concreto, la enfermería. Es un área muy sensible y las consecuencias del déficit de trabajadores irritan a la ciudadanía: salas de urgencia cerradas los fines de semana en Winnipeg, enfermos molestos en los hospitales de Montreal por demoras en la atención, o un lento sistema de ambulancias en Ottawa porque muchos de los vehículos deben hacer fila para esperar a que alguien reciba a sus pacientes son solo algunos de los ejemplos más sangrantes.
Es práctica común que las enfermeras y los enfermeros deban hacer horas extras obligatorias. También que tengan a su cargo un número elevado de pacientes. “El estrés y la ansiedad son muy altos. Nos da miedo cometer un error con las personas bajo nuestro cuidado”, escribió en sus redes sociales una de estas trabajadoras de Columbia Británica. Además, algunos Gobiernos provinciales se niegan en redondo a un incremento de los salarios. En Ontario, la provincia más poblada del país, las enfermeras no dejan de manifestarse en contra de una ley —aprobada en 2019— que limita los aumentos salariales al 1% anual para trabajadores públicos.
No sorprende por tanto que numerosos profesionales de la enfermería tiren la toalla o busquen cobijo en ambientes menos precarios (por ejemplo, en clínicas privadas); otras se lo piensan dos veces antes de ingresar por vez primera a la red pública. Un informe de 2022 elaborado por la Federación canadiense de Sindicatos de Enfermeras constató “un aumento del 219,8% en las vacantes de enfermería desde 2017″. Distintos Gobiernos provinciales han puesto en marcha iniciativas para tratar de reducir el problema. Becas de estudio y una conciliación más acentuada entre personal y administradores de hospitales forman parte de estas herramientas. También programas para reclutar enfermeros y enfermeras en otras latitudes. Sin embargo, esta última medida no está exenta de críticas. Algunos expertos denuncian que los esfuerzos de reclutamiento en el sudeste asiático y África occidental pueden provocar un debilitamiento en los sistemas sanitarios de naciones menos desarrolladas.
Reunión con Trudeau
Un elemento clave para frenar esta carestía pasa por mejorar las condiciones laborales, sobre todo aumentando los salarios y haciendo menos pesadas las cargas de trabajo (por ejemplo, eliminando las horas suplementarias obligatorias). En febrero, los primeros ministros provinciales se reunieron con el primer ministro, Justin Trudeau, para abordar el tema de las transferencias federales a la sanidad. Actualmente, las provincias cubren el 78% del presupuesto y Ottawa el 22% restante. Trudeau ofreció unos 31.700 millones de euros para los próximos 10 años. Los primeros ministros provinciales, sin margen de maniobra real para negociar, aceptaron la propuesta a regañadientes. La sanidad canadiense —reconocida en todo el mundo por su carácter público, gratuito y universal— se enfrenta a retos de altura. La escasez de enfermeras y enfermeros es uno de los más graves, pero la modernización de instalaciones y la contratación de médicos son también asunto urgente.
Por si fuera poco, hay un expediente x en las pruebas de selección. En septiembre de 2022, solo el 51,4% de las personas que se presentaron por primera vez al examen de la Orden de enfermería de Quebec lograron un aprobado. En marzo del mismo año, la tasa fue del 71%, mientras que en septiembre del 2021 alcanzó el 81%. Se ha abierto una investigación para saber qué está pasando.
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