Si tienes un euro, tienes una empresa

Este título puede parecer el eslogan de una campaña de marketing, pero nada más lejos de la realidad. Desde el pasado 19 de octubre, en España se podrán constituir sociedades de responsabilidad limitada —principal forma jurídica utilizada por los emprendedores para abrir un negocio— con un capital social inicial de un euro, frente a los 3.000 euros exigidos hasta ahora. Conviene matizar que esta mayor libertad de los fundadores para determinar la cifra de capital social viene acompañada de una serie de salvaguardas específicas que contrarrestan el efecto de este menor capital social, con obligaciones adicionales a los mismos, tanto en la dotación de reserva legal como en el caso de liquidación de la sociedad.

Asimismo, si a ese euro de capital social se le suma el uso de instrumentos estandarizados en su constitución, como el documento único electrónico y el modelo simplificado de estatutos-tipo, el resultado puede ser la creación de una sociedad de responsabilidad limitada en un plazo de 24 horas hábiles. Todo ello de una manera telemática, impulsando definitivamente la utilización del Centro de Información y Red de Creación de Empresas (CIRCE).

Lo anterior es fruto de los avances legislativos llevados a cabo para adoptar medidas que permitan agilizar y simplificar la constitución de sociedades mercantiles de capital. Dichos avances, iniciados en 2010 por el Real Decreto-Ley 13/2010, que contempló actuaciones para fomentar la inversión y la creación de empleo, y que continuaron en 2013 mediante la Ley 14/2013, de apoyo a los emprendedores, han desembocado en la aprobación de la Ley 18/2022, de 28 de septiembre, de creación y crecimiento de empresas, popularmente ya conocida como ley crea y crece. Por tanto, crear una empresa será ahora más barato, fácil y rápido.

Esta ley, además de prácticamente igualarnos a los países como Portugal, Francia e Italia, donde sus respectivas regulaciones no exigen un capital social mínimo, busca acelerar el proceso de constitución empresarial, no solo reduciendo el coste económico, sino también el número de desplazamientos a los distintos organismos necesarios para crear la empresa. Todo ello en la semana en la que se conoce el dato del Colegio de Registradores evidenciando que la constitución de sociedades disminuyó el 7,1% en el tercer trimestre de 2022.

Pero no solo se busca facilitar la creación de nuevas empresas. También se incorporan medidas para reducir las trabas a las que se enfrentan las empresas en su crecimiento, como la lucha contra la morosidad comercial —uno de los problemas con mayor incidencia en la liquidez—, la obligación para todas las empresas y autónomos de expedir y remitir facturas electrónicas en sus relaciones comerciales para una mejor trazabilidad y control de pagos, y la mejora del acceso a financiación alternativa a la bancaria, ampliando y flexibilizando el régimen de instrumentos como el crowdfunding, la inversión colectiva y el capital riesgo.

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