El tortuoso viaje para llevar a las pymes al siglo XXI
Los expertos creen que la iniciativa del Kit Digital es positiva, pero critican la excesiva burocracia para acceder a las ayudas europeas
Sobre el ecosistema de las pequeñas y medianas empresas españolas planean 3.000 millones de euros, un maná procedente de los fondos europeos Next Generation EU. Por contextualizar, esos fondos equivalen a los beneficios del BBVA hasta junio. El fin de tanto dinero es impulsar la adaptación a las nuevas tecnologías digitales de los pequeños negocios que constituyen el 98% del tejido empresarial del país. Es una carrera en la que, con más o menos fortuna y entre críticas, participan 9.100 “agentes digitalizadores” autorizados por Red.es, entidad dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Los agentes, entre los que se cuentan las grandes consultoras y empresas tecnológicas, canalizan las subvenciones del proyecto denominado Kit Digital entre pymes y autónomos. Fondos de inversión como Silver Lake, KKR, Oakley o K Fund han invertido en el negocio.
La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, considera el plan como uno de los más importantes de la legislatura. Pero el camino está empedrado. Tiene baches. A las pymes (2,9 millones) les cuesta incorporarse a la economía digital, especialmente a las microempresas con menos de 10 trabajadores. Son más de un millón de sociedades que corren riesgo de asfixia si no se adaptan a las nuevas tecnologías. El Kit Digital intenta facilitar el proceso con tres tramos: el primero y el segundo, para pymes y micropymes, y un tercero para autónomos que se abrirá en noviembre.
La primera fase de las ayudas, para pymes de 10 a 49 trabajadores, ha funcionado a trompicones. Los datos de Red.es recogen que el bono digital ha llegado al 30% de las pymes solicitantes de menos de 50 empleados, aunque el Ministerio de Asuntos Económicos eleva el porcentaje al 50%. Suponen 22.000 ayudas concedidas en cinco meses de un total de 69.700 solicitudes. Son datos discretos y el plazo de solicitud se ha ampliado. Si se suman las peticiones del segundo tramo —entre 3 y 10 empleados—, el total de empresas que han solicitado subvención ronda las 100.000.
El camino es difícil, pero en las empresas hay optimismo. César Maurín, director de innovación de la CEOE, valora “positivamente” el programa y la labor realizada por Red.es. Por su parte, Luis Socías, responsable de proyectos europeos de la confederación empresarial, pone el dedo en la llaga: “El reto ahora”, señala, “es cómo llegar a cada sector y cada territorio”. Cuanto más pequeño es el objetivo (la empresa), apunta, “más complicado” es el proceso. Buena parte de las complicaciones tienen que ver con la lentitud y el exceso de burocracia. Aunque Red.es defiende su acción. Según explica, utiliza un sistema de tramitación innovador, con herramientas de robotización e inteligencia artificial que reducen el papeleo. Pero algunos de los “agentes digitalizadores” consultados, encargados de presentar la documentación justificativa y de recibir el pago del bono digital que cede al beneficiario, califican el proceso de “burocrático, lento y poco práctico”.
Compañías que prestan servicios digitales, caso de las agrupadas en Inforgés, consideran el Kit Digital una iniciativa positiva porque anima a invertir a empresas que no lo tenían claro, pero resaltan los puntos débiles del plan, como el exceso de trámites y un sistema de pago en el que pasan meses entre el primer plazo de la ayuda (70%) y el resto.
Botella medio llena o medio vacía. La Asociación Española para la Digitalización (DigitalEs), integrada en la CEOE —60 socios potentes; entre ellos, Telefónica, KPMG, PWC, Hispasat, Huawei…—, cree, por el contrario, que el Kit Digital funciona razonablemente bien. “Los plazos para la concesión de los bonos de digitalización han sido ajustados, los trámites para la resolución de incidencias y subsanaciones han sido ágiles, y el programa ha logrado una buena repercusión entre las pymes de nuestro país” resume.
Tareas pendientes
Adigital, la asociación que asegura contar con el mayor número de agentes digitalizadores, apunta que el gran reto está en los tramos inferiores, donde se concentran la mayoría de los fondos y de las compañías. “Conceder una ayuda siempre es positivo, pero es clave que las empresas cuenten con un plan a largo plazo para obtener el máximo rédito”, señala la asociación. Lo cierto es que en la economía real todavía manda lo analógico. La presencia de perfiles de especialistas en tecnologías, según el Observatorio de Digitalización de las Pymes 2021, se circunscribe casi exclusivamente a las grandes empresas, las de 250 o más empleados. “Las más pequeñas”, recoge el Plan de Digitalización 2021-2025, “se enfrentan a dificultades relacionadas con la financiación, la información, la capacitación técnica y la falta de acceso a productos adecuados en condiciones favorables”.
José Ramón Padrón, responsable en España de SiteGround, compañía dedicada a suministrar productos y servicios en internet (hosting), considera los planes de digitalización en marcha “un primer paso que puede servir a las empresas para empezar en el mundo digital”, pero que, sin acciones complementarias, no servirá para cubrir la brecha de las pymes españolas respecto a sus competidoras. SiteGround ha renunciado a la calificación de “agente digitalizador” precisamente por la carga burocrática. Pese a todo, SiteGround ve claro el negocio. Las páginas de comercio electrónico a las que aporta visibilidad, soporte y velocidad crecieron en 2021 respecto a 2019 un 126%. La empresa saca de la estadística el año 2020, el de la pandemia, porque ese ejercicio registró una auténtica fiebre en el lanzamiento de “tiendas online” que distorsiona la estadística.
El mercado potencial es interesante. El negocio de software empresarial (cifrado actualmente en 825 millones) crecerá en España y Portugal un 33% hasta 2026. Pero, como recuerda el portavoz de Grupo Primavera A Cegid Company, uno de los principales actores del proceso, “el diablo está en los detalles”. La puesta en marcha del Kit Digital, apunta, “ha sufrido retrasos, han aparecido cuestiones sujetas a interpretación y, en general, la respuesta para las pymes ha carecido de la flexibilidad esperada”. A pesar de todo, las pymes se acercan al plan “con esperanza e incertidumbre a la vez”.
Las empresas más digitalizadas pertenecen al sector de la información y comunicaciones, seguidas por los hoteles y agencias de viajes. Y la utilización de dispositivos del internet de las cosas en el tejido empresarial sólo alcanza al 4,6% de microempresas y al 16,8% de pymes y grandes empresas. El informe de digitalización de la economía y sociedad de 2020 resumía la gran cuestión a resolver: las pymes españolas aún tienen pendiente explotar el potencial de las nuevas formas de comercio. “En general”, recogía el informe, “España presenta una baja participación de empresas tecnológicas en el tejido productivo, lo que supone un lastre a su crecimiento, a la internacionalización y, por tanto, al aumento de la productividad del conjunto de la economía”.
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