Gigavatios verdes para construir un futuro mejor
Iberdrola apuntala los pilares de su plan de responsabilidad corporativa sobre el desarrollo socioeconómico sostenible, la protección de la biodiversidad y el freno al cambio climático, con el objetivo de doblar su parque de energías renovables para el horizonte del año 2025
El doble en poco más de un lustro. Esa es la meta que se fija Iberdrola como clave para 2025: pasar de los 30 gigavatios de capacidad instalada que proporciona actualmente su parque energético de renovables a los 60 que alcanzará en 2025.
“La economía circular, las energías limpias y la sostenibilidad son los ejes que promueve la Unión Europea y, junto con la digitalización, las renovables son elementos de futuro. Son más eficientes que los sistemas tradicionales energéticos. Así reduciremos las emisiones y habrá menos contaminación, creando un círculo virtuoso”, declara Ignacio Galán, presidente de Iberdrola. 75.000 millones de euros de inversión (de estos, 15.000 millones en España) es el esfuerzo que ha fijado la compañía española para acelerar este propósito hasta 2025.
“De las crisis siempre se sale de la misma manera: invirtiendo más. Creando más puestos de trabajo y siendo más eficientes. Invirtiendo en I+D y en nuevas tecnologías e incrementando la formación. Haciendo todo lo necesario para dejar un mundo mejor a las próximas generaciones”, apunta el presidente de la compañía.
La apuesta por el modelo sostenible es solo uno de los pilares sobre los que Iberdrola despliega su plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Los otros abordan aspectos fundamentales para reactivar la economía y el empleo y construir una sociedad más resiliente y sostenible. Las líneas de acción que completan el plan RSC de Iberdrola son: el desarrollo socio-económico sostenible, la contribución al bienestar de las comunidades en las que opera, la innovación y la calidad para sus clientes, el buen gobierno, la transparencia y la gestión de grupos de interés, la promoción de la RSC en la cadena de suministro y la seguridad laboral y el desarrollo del equipo humano.
La economía circular, las energías limpias y la sostenibilidad son tres elementos de futuroIgnacio Galán, presidente de Iberdrola
Una estrategia que aborda diferentes líneas de acción y que puede resumirse en pocas palabras: contribución para reactivar la economía y el empleo. Iberdrola ha puesto otra cifra de fuste sobre la mesa con plazo para 2025: el mantenimiento de 500.000 puestos de trabajo en todo el mundo. De ellos, 20.000 serán nuevas contrataciones, durante un periodo en el que la compañía quiere liderar la revolución energética mientras aporta a la vez soluciones para la construcción de un tejido productivo más sostenible y resiliente.
Diversidad e inclusión, otra apuesta
No escapan de estas metas la lucha por la igualdad y la diversidad: al menos un 30% de los puestos directivos de la compañía serán para mujeres en 2025. En cuanto a la brecha salarial, en el caso de Iberdrola, la balanza ya se inclina hacia las mujeres: de media, en 2019 sus empleadas cobraron 50.086 euros anuales frente a los 47.614 euros de los hombres. La empresa destaca también la composición de su consejo de administración: un 43% eran mujeres en 2019 y sus miembros tenían cinco nacionalidades. Ya en 2012, durante una reunión con sus empleados y, más recientemente, en el I Informe de Diversidad e Igualdad, Ignacio Galán quiso destacarla como uno de los puntales de la empresa a presente y futuro: “Somos un equipo internacional y diverso y precisamente en esa diversidad radica una de nuestras principales fortalezas para llegar cada vez más lejos”.
Su compromiso se extiende también al ámbito medioambiental. Con unas emisiones de CO2/kWh que son ya dos tercios inferiores a la media europea, la estrategia de inversión en energía limpia y redes llevará a Iberdrola a ser una compañía “neutra en carbono” en Europa en 2030.
Esta exigencia se materializa no solo de puertas para adentro, sino también en sus proveedores. Para Iberdrola, un proveedor estratégico está alineado “en materia de derechos humanos, códigos de conducta, estándares de salud y seguridad y estrategia ambiental”.
Para 2022, el grupo energético se compromete a que al menos el 70% de ellos apuesten por la bandera del desarrollo sostenible en sus políticas.
Luz para los olvidados
Una tarea tan simple como pulsar el interruptor para que se haga la luz es, en millones de hogares del mundo, un sueño imposible. Una de las iniciativas integradas en el Plan de RSC de Iberdrola es, precisamente, lograr que ese sueño ocurra. El programa que las integra se conoce como Electricidad para todos, e incluye una gran ambición: llevar luz a más de 16 millones de personas.
Los proyectos se despliegan en regiones especialmente vulnerables. Por ejemplo, las 30 comunidades rurales en la región mexicana de la Huasteca Potosina. Luces de esperanza es el nombre del proyecto que beneficiará a 6.000 vecinos del lugar, en alianza con la empresa mexicana Iluméxico. Lo harán, además, mediante paneles solares, para que el primer contacto de esta comunidad con la electricidad se integre ya en el desarrollo sostenible. “En México, hay cerca de un millón y medio de personas que no tienen acceso a la energía eléctrica. Estamos comprometidos con el desarrollo del país y confiamos en que este programa permitirá a las comunidades mejorar su calidad de vida y aumentar su inclusión social”, afirma Enrique Alba, CEO de Iberdrola México. “Me da mucha emoción porque ya voy a tener la luz”, expresa, con una sonrisa, Francisca Hernández en el vídeo de presentación del proyecto. Kenia, Uganda, Brasil o Nicaragua son otras comunidades a las que iluminará Electricidad para todos.