El inversor del Sabadell David Martínez explica por qué va a la opa: “Esto no es una batalla entre los Montescos y los Capuletos”
El consejero discrepante defiende que la consolidación del Sabadell y el BBVA dará lugar a una entidad “aún más competitiva, rentable y con mayor potencial de revalorización”


El inversor mexicano David Martínez Guzmán es el dueño del 3,86% del capital del Banco Sabadell, el tercer mayor accionista y el primero individual, y el único miembro de su consejo de administración que ha expresado su intención de acudir a la opa del BBVA sobre la entidad catalana. En dos ocasiones, los días 12 y 30 de septiembre, ha sido la única voz discordante en el consejo del Sabadell, que rechaza la oferta hostil, y ha emitido un voto discrepante en el que defiende el valor de la fusión. En el siguiente artículo en EL PAÍS, Martínez Guzmán expone sus razones para aceptar la oferta de BBVA.
Esto no es una batalla entre los Montescos y los Capuletos
Durante los últimos meses hemos sido testigos de un incesante debate de posturas sociales, políticas y mediáticas sobre la oferta de BBVA a los accionistas de Banco Sabadell. Recientemente, mi decisión como miembro del consejo de administración de Banco Sabadell y accionista, de aceptar la oferta de BBVA, ha sido recibida con interpretaciones incorrectas, acusaciones e insinuaciones sin ningún sustento, con el objetivo de sesgar y oscurecer la importante decisión que enfrentamos los accionistas de Sabadell.
Como ocurre con muchas otras inversiones de mi fondo, algunas con un horizonte de inversión superior a 20 años, mi participación en Banco Sabadell dista mucho de ser cortoplacista. Durante los últimos 12 años, al igual que muchos accionistas minoristas, hemos mantenido la confianza en el futuro del banco, a pesar de la más elevada volatilidad en el precio de la acción y, en ocasiones, de una rentabilidad por dividendo inferior a la esperada. Juntos hemos enfrentado diversas crisis europeas, los problemas de integración de TSB, la covid, el aumento de la supervisión y requisitos regulatorios, tasas de interés negativas, entre otros. Incluso participamos en la ampliación de capital para la compra de TSB a pesar de considerar que carecía de un enfoque estratégico.

Nuestra estrategia de inversión en Sabadell siempre estuvo centrada en la expectativa de apreciación del precio de la acción al alcanzar los siguientes logros: (1) la recuperación de la crisis financiera mediante la limpieza de activos problemáticos, el fortalecimiento de la capitalización y una mayor resiliencia ante la volatilidad financiera y económica; (2) la venta de negocios no estratégicos y la celebración de joint ventures en áreas donde jugadores especializados podían ofrecer un mejor producto; (3) la reducción de costos y aumento de la eficiencia; (4) el retorno a una rentabilidad consistente por encima del costo de capital; (5) el restablecimiento de distribuciones atractivas y consistentes para los accionistas; y (6) una mayor consolidación en el sector financiero español. Consistentemente he reconocido y felicitado a la dirección y a los empleados de Sabadell por la ejecución y el logro de los primeros cinco de estos hitos.
Ahora que el banco está justamente valorado, a mi juicio, es el momento adecuado para obtener mayores beneficios a través de la consolidación. Las fusiones en sí mismas no son el punto, lo que yo realmente valoro es la ESCALA. El negocio bancario es, no solo pero importantemente, un negocio de infraestructura y tecnología, donde la escala es un factor fundamental. Para ponerlo en términos simples, yo veo ventajas estructurales en un banco con una cuota de mercado del 22% sobre uno con 8%. Considero que la consolidación en España de Sabadell y BBVA dará lugar a una entidad aún más competitiva, rentable y con mayor potencial de revalorización. Reafirmo mi confianza en que estas dos meritocracias competentes podrán crear juntas el mejor banco en España. Respeto a quien tenga opiniones distintas basadas en una diferente visión de esta industria. Pero este es el fondo de lo que se debe analizar, y no la falsa narrativa, sin ninguna evidencia, de acuerdos ocultos y motivaciones escondidas.
No existe absolutamente ningún acuerdo ni conflicto de interés entre BBVA y yo
Ciertamente, me especializo en inversiones en mercados emergentes y puedo estar más familiarizado con las dinámicas macro de estas economías que la mayoría de los accionistas, e incluso que analistas que cubren el sector bancario en Europa. Esto me permite reconocer el valor excepcional de las franquicias de primer nivel que BBVA tiene en México y en Turquía. Su potencial de crecimiento, rentabilidad y resiliencia es incuestionable. Igualmente, el precio al que estas filiales están valoradas dentro de BBVA me parece atractivo.
Tal y como he manifestado formalmente en la opinión del Consejo, y como BBVA lo ha hecho en el folleto presentado ante la CNMV, no existe absolutamente ningún acuerdo ni conflicto de interés entre BBVA y yo, ni existe ningún conflicto con Sabadell por manifestar mi decisión de aceptar la oferta. Al contrario, cumplo con mi deber como consejero. Estas son acusaciones infundadas, irresponsables y difamatorias que solo buscan confundir el debate buscando desacreditar a otros. He pedido a mis asesores que continúen en contacto con la CNMV para cualquier aclaración que crean pertinente.
He tomado mi decisión y acudido a la oferta porque creo en su potencial sin buscar ser referente de nadie
Yo habría preferido una fusión amistosa. Desde el primer día de este proceso exprese mis posiciones con toda claridad y transparencia sobre todo a la Presidencia del Consejo. Aunque no compartidas por el Consejo, siempre fueron discutidas con respeto mutuo. De cualquier modo, ahora la decisión está en manos de los accionistas a quienes nos pertenece el derecho de trazar la dirección del Sabadell.
Yo ya he tomado mi decisión y he acudido a la oferta porque creo en su potencial sin buscar ser referente de nadie. Esta no es una batalla entre los Montescos y los Capuletos. Calificativos como traidor o vendido solo reflejan la ceguera y el sesgo de quienes los usan. Como accionista, no tengo otro interés que maximizar el retorno de la inversión, y recomiendo a otros accionistas que busquen asesoría profesional independiente en lugar de guiarse por información que es infundada, incorrecta o incierta.
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