Más remesas de migrantes, tipos altos y miedo al futuro: por qué las familias duplican sus ahorros
Los hogares guardaron casi el 14% de su renta disponible entre enero y junio, un nivel superior al registrado en los últimos dos años
El actual nivel de ahorro de las familias duplica al promedio de los años previos a la pandemia, según ha confirmado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE) en sus Cuentas Trimestrales no Financieras. Entre enero y junio, la tasa se situó en el 13,6% de su renta disponible ―una cifra ya ajustada por estacionalidad y calendario―. Es un nivel superior que el registrado en los últimos dos años, y supone siete trimestres consecutivos con niveles de ahorro de doble dígito, algo que solo se había producido durante la crisis financiera y en pleno confinamiento sanitario. Por contra, el consumo ha tenido una evolución más modesta, lo que indica que los hogares tienen dudas sobre el futuro de la economía nacional, pese a que el país crece con fuerza ―el Producto Interior Bruto se aceleró hasta el 3,1% interanual en el segundo trimestre del año, según los datos publicados la semana pasada por el centro de estadística y el Gobierno prevé que cierre en el 2,7%.―.
En total, las familias ahorraron 33.200 millones de euros entre abril y junio de este año ―datos ajustados por estacionalidad―, lo que equivale a una tasa de ahorro sobre la renta disponible del 13,1%. Los analistas explican que hay tres factores que determinan esta predilección por economizar: el aumento de los tipos de interés; unos indicadores de confianza económica que, aunque mejoran, siguen siendo bajos; y el aumento de la población migrante, que entre otras cosas ahorra más ante la necesidad de enviar dinero a sus países de origen.
La tendencia no es aislada, ni exclusiva de la economía española, pero “sí resulta notable la persistencia de una tasa de ahorro elevada, especialmente cuando en otros países de Europa se ha observado una caída más pronunciada en los niveles de ahorro tras la pandemia”, según explica Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics.
Las familias tienden a ahorrar más cuando los tipos de interés son altos por varias razones. Primero, porque hacen que los productos de ahorro, como depósitos bancarios o bonos, ofrezcan mayores rendimientos. Esto incentiva a los hogares a destinar más dinero al ahorro para obtener mejores beneficios. Además, el aumento en los tipos encarece los préstamos y las hipotecas, lo que les obliga a ser más prudentes y reducir el consumo o evitar nuevas deudas para no enfrentar mayores costes financieros. También, en un entorno de tipos elevados suele haber mayor incertidumbre económica, lo que impulsa un ahorro preventivo para enfrentar gastos más caros.
Otro factor clave es que los sectores de la población que están viendo una mejora en su renta disponible no están transformando estos ingresos adicionales en un aumento significativo del consumo. Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, identifica tres grupos clave con una baja propensión a gastar: los jubilados, las personas más adinerada y los inmigrantes.
El auge de este grupo poblacional en los últimos años no solo ha impactado en el mercado de trabajo y en la renta per cápita, también influye en el nivel de ahorro. De acuerdo con el experto, “este grupo tiende a tener una alta tasa de ahorro porque muchos de ellos no tienen acceso a prestaciones sociales, lo que les obliga a ser más cautelosos con sus ingresos. Además, sus empleos suelen ser más inestables, y muchos de ellos destinan una parte considerable de su dinero a enviar remesas a sus países de origen”.
Desconfianza persistente
Aunque el gasto en consumo final de los hogares ha aumentado un 6,7% interanual en el segundo trimestre de 2024, este crecimiento sigue siendo moderado en comparación con el ritmo del ahorro. Es decir, las familias españolas están incrementando su gasto, pero no lo hacen con la misma fuerza con la que incrementan sus ahorros.
Esta moderación refleja la desconfianza persistente en el entorno a causa de los estragos que ha dejado dos años de crisis inflacionaria, que sigue afectando el ánimo de consumo, pese a que el PIB mantiene un buen ritmo y a que la inversión empresarial ha empezado a recuperarse, como lo demuestran los recientes los flujos financieros de las empresas ―la formación bruta de capital fijo ascendió a 48.200 millones de euros en el segundo trimestre del año, según el INE―.
Ni siquiera el verano ha mermado el ritmo de ahorro familiar. Los últimos datos del Banco de España muestran que a cierre de agosto, los hogares tenían depositados en la banca española 1,018 billones de euros. En comparación con agosto de 2023, los depósitos han aumentado alrededor de un 4%, lo que equivale a 36.700 millones de euros, un volumen que los expertos creen que se explica por la mejora de la rentabilidad ofrecida por los bancos.
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