El Rey acude a Londres para celebrar la inversión española en el Reino Unido
Felipe VI preside la cena de gala del 135 Aniversario de la Cámara de Comercio Española en ese país
“Somos dos democracias sólidas que compartimos los mismos valores y principios de libertad, pluralismo y solidaridad”. Felipe VI ha visitado este lunes Londres para respaldar la presencia en el Reino Unido de las empresas españolas más punteras. El Rey ha celebrado un encuentro privado con Carlos III, en Clarence House, la residencia londinense de los monarcas británicos. Era la primera reunión a solas de los dos jefes de Estado desde el funeral, el pasado septiembre, de Isabel II. Pero el motivo principal de la visita tenía que ver con la voluntad de Zarzuela de respaldar a las compañías españolas que, desde hace varias décadas, contribuyen al crecimiento de la economía británica. Y a a una institución, la Cámara de Comercio Española en el Reino Unido, que ha visto aumentar su relevancia en los últimos años, a pesar de un Brexit que empujaba al aislamiento cada vez mayor de la isla.
“El mundo, y ciertamente el Reino Unido, han cambiado drásticamente en los últimos años. En Europa somos testigos de una guerra que ha alterado las bases sobre las que hemos construido nuestras sociedades. Pero a pesar de la gravedad de esa guerra, y de la trágica pérdida de vidas humanas y de destrucción que sufre Ucrania, así como de las miles de consecuencias económicas, políticas y sociales que ha supuesto en todo el mundo, todavía tenemos -el Reino Unido y España- una oportunidad extraordinaria de construir sobre la sólida base de nuestra relación histórica”, ha dicho Felipe VI.
Ha pasado ya más de un siglo desde que Manuel Misa, conde de Bayona, marqués de Misa y bodeguero de Jerez, fundó en 1886 la Cámara de Comercio Española en el Reino Unido (CCERU), el mismo año en que nacía Alfonso XIII, el último monarca que visitó la institución. El prestigio adquirido en las últimas décadas por las empresas españolas en el mercado británico ha abierto puertas, pero las reglas del juego, en un país con una economía competitiva y flexible, siguen siendo las mismas: hay que buscar y generar las oportunidades de negocio, prestar servicios especializados a los que se lanzan a la aventura del Reino Unido, fomentar las relaciones comerciales entre los países y, sobre todo, desplegar el llamado soft power, la presencia e influencia permanente de todo lo español a través de las relaciones con el Gobierno y el Parlamento de Westminster.
“Y a nuestros actos y actividades han asistido ya cerca de veinte ministros y secretarios de Estado del Reino Unido”, explica el presidente de la CCERU, Eduardo Barrachina, al frente del organismo desde julio de 2018. “Desde el primer momento, quise que la cámara desplegara una estrategia institucional. En medio del fragor del Brexit, apenas hablábamos de ello. No había interlocución con el Gobierno británico”, recuerda. En medio de una salida accidentada de la UE, y de una pandemia que azotó especialmente a los británicos, la cámara ha crecido de un modo orgánico, con cerca de 300 socios -entre ellos, prácticamente todo el Ibex 35-, que, desde 1993, han invertido directamente en el Reino Unido cerca de 180.000 millones de euros, y creado unos 175.000 puestos de trabajo.
No son los gigantes de la banca, como el Santander, o de la ingeniera civil, como Ferrovial y Sacyr, o de la energía, como Iberdrola, los que más necesitan un interlocutor que les abra camino -hace tiempo que las puertas se les abren sin problemas-, pero son los primeros en respaldar a una institución fundamental para que las PYMES hagan el mismo recorrido. “Ese es nuestro objetivo principal. Queremos favorecer sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, y nuestra gran estrategia pendiente, en la que trabajamos más a fondo, es en la de lograr que las cámaras del exterior, como la del Reino Unido, con toda su importancia, colaboren con las cámaras territoriales. Quiero que acudan a nosotros en busca de ayuda las cámaras de Madrid, de Zaragoza o de Elche”, reclama Barrachina. Con un respeto institucional adquirido después de una década en el Reino Unido, el presidente de la CCERU pide a las instituciones españolas que cuenten con su institución: no entiende esas excursiones ocasionales a Londres de gobiernos autónomos, diputaciones provinciales o ayuntamientos para vender en el mercado británico sus productos, su oferta turística o sus posibilidades de negocio, en las que no cuentan con la cámara. “Al final, reúnen a miembros de la colonia española y a periodistas españoles, para hacerse la foto. Si usaran nuestra ayuda, atraeríamos a proveedores, publicaciones especializadas o políticos del Reino Unido, y sería todo mucho más eficaz. Somos una institución privada, pero sobre todo tenemos una vocación de ayuda a las empresas españolas”, explica Barrachina.
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