La OCDE alerta sobre los “riesgos” de la elusión fiscal de las multinacionales y pide acelerar la reforma global
España recauda menos que la media del club por el impuesto de Sociedades
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alerta sobre la elusión fiscal de las multinacionales y vuelve a insistir en la necesidad de cerrar cuanto antes un acuerdo internacional para frenarla. El aviso llega a la luz de los datos de su última estadística sobre el impuesto de Sociedades, publicada este jueves, que refleja cómo la cantidad efectivamente pagada al fisco por las grandes corporaciones se ha ido alejando cada vez más de los tipos que marca la ley. Mientras tanto, los países continúan compitiendo entre ellos en una peligrosa carrera tributaria a la baja, que en dos décadas ha causado una disminución de más de 8 puntos en la tasa legal media de los tributos corporativos, desde el 28,1% al 20%. Entre los años 2000 y 2022, han rebajado esa figura 97 de los 117 Estados analizados por el organismo con sede en París. España forma parte de este grupo, y recauda por el impuesto de Sociedades menos que la media de la OCDE, un 2,1% del PIB, frente al 3% del bloque.
“Los nuevos datos publicados hoy destacan los riesgos continuos de erosión de la base imponible y traslado de beneficios y la necesidad de implementar la solución de dos pilares para garantizar que las grandes empresas multinacionales paguen una parte justa de los impuestos dondequiera que operen y obtengan sus beneficios”, subraya el comunicado difundido este jueves por el club de países ricos, que lidera con el G-20 desde hace años las negociaciones para implementar una solución coordinada a la elusión tributaria de los grandes colosos empresariales.
El acuerdo marco para reformar las reglas fiscales internacionales se adoptó el año pasado —impulsado por la necesidad de financiación causada por la pandemia y, sobre todo, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca—, cuando más de 130 países pactaron establecer un tipo mínimo del 15% y diseñar una fórmula para que los grandes grupos paguen impuestos también en aquellos Estados donde operan pese a no tener presencia física en el territorio. Sin embargo, las reticencias políticas de varios países han estancado las conversaciones sobre los detalles técnicos y la efectiva implementación de las medidas, que tras la euforia inicial avanzan ahora a un ritmo más lento a lo previsto.
Caída de tipos
Los ingresos promedio por el impuesto de Sociedades en las jurisdicciones analizadas por el informe alcanzaron un pico justo antes de la Gran Recesión. La crisis financiera los dejó heridos de muerte, y solo a partir de 2017 empezaron a recuperarse, medidos tanto como porcentaje sobre el total de recaudación como en relación con el PIB. En 2019, de cuando proceden los últimos datos disponibles que ofrece la estadística de la OCDE para estas dos variables, los recursos brindados por Sociedades volvieron a caer ligeramente.
Mucho más abrupta ha sido la disminución en los tipos nominales, aunque hay muchas diferencias entre países y se nota cierta estabilización en el último año, probablemente por el golpe de la pandemia de covid-19. Si en 2000 había 13 Estados con tasas legales mayores o iguales al 40%, en 2022 no queda ninguno; ahora hay un 60% de países con una tasa igual o superior al 20%, frente al 85% de hace dos décadas. De las 117 jurisdicciones cubiertas por el informe, 19 de ellas tienen actualmente tipos iguales o superiores al 30%; 12 ni gravan a las sociedades. El bloque donde la caída ha sido más acusada en estas dos décadas es el de la OCDE —del 32,3% al 23,1%—. En España, se ha pasado del 35% al 25%.
Aun así, el impuesto de Sociedades sigue siendo una importante fuente de ingresos para muchos países, sobre todo en desarrollo. En promedio, en las regiones de África (18,8%), Asia-Pacífico (18,2%) y América Latina y el Caribe (15,8%) es donde tiene más peso sobre la recaudación total. En la OCDE supone un 9,6%.
Desfase entre beneficios y actividad
La OCDE señala que hay un cierto desfase entre el lugar donde las grandes multinacionales declaran sus beneficios y el sitio donde realizan la actividad: en los países de ingresos altos y medios están la mayoría de sus empleados (34% y 38% del total, respectivamente), pero no sus ganancias (27% y 18%). En cambio, en los países de fiscalidad agresiva, los beneficios registrados son mucho mayores (29%) en comparación al número de empleados sobre el total (4%) y activos tangibles como oficinas o plantas de producción (15%).
Asimismo, el valor medio de los ingresos por empleado en jurisdicciones con un tipo de Sociedades igual a cero es mucho mayor al resto. Alcanza los dos millones de dólares, frente a los 295.000 de los países con tasas legales inferiores al 20% y los 340.000 de las jurisdicciones que están por encima de este umbral. En los países con fiscalidad agresiva, los ingresos medios por trabajador de las multinacionales alcanzan los 1,5 millones de dólares. “Si bien esto puede reflejar diferencias en la intensidad de capital o en la productividad del trabajador, puede ser también un indicador de erosión de bases imponibles y desvío de beneficios”, concluye el informe.
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