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Escrivá propone rebajar la cuota mínima para los autónomos a 202 euros y plantea unos nuevos ERTE para el sector

El Ministerio de Seguridad Social rebaja las cotizaciones para aquellos con rendimientos más bajos y presenta un esquema de protección para el colectivo

Gorka R. Pérez
Escrivá
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en un acto el viernes.Alberto Ortega (Europa Press)

La negociación entre el Ministerio Seguridad Social y las organizaciones de autónomos para dirimir el nuevo sistema de cotización por ingresos reales ha protagonizado este lunes un nuevo capítulo, con modificaciones relevantes con respecto al anterior encuentro. En esta ocasión, el Departamento que dirige el ministro José Luis Escrivá ha planteado reajustar la horquilla sobre la que se situarán las cuotas sociales de los autónomos: para aquellos con rendimientos más bajos será de 202 euros (12 euros menos que en la anterior oferta), mientras que quienes estén por encima de 3.620 euros de facturación al mes deberán abonar 1.123 euros (132 euros más que en la propuesta precedente), según fuentes presentes en la negociación. Aunque desde el ministerio no hablan de cifras concretas, sí reconocen que se han presentado modificaciones sobre la propuesta anterior “buscando un punto de equilibrio entre todas las opiniones manifestadas”, aunque la nueva propuesta no convence a algunas de las organizaciones presentes.

Junto con este cambio también se han planteado otras modificaciones a la baja en los tramos en los que se sitúan la mayoría de los más de tres millones de autónomos. Aquellos que perciban rendimientos entre 1.125,9 y 1.300 euros pasarán a abonar 290 euros en lugar de los 316,71 anteriores; del mismo modo que quienes estén inmediatamente por encima, con ganancias de entre 1.300 y 1.500 euros, bajarán de 391 a 382. Sin embargo, la mayor diferencia en estos volúmenes se encuadra en la recuperación de uno de los tramos más elevados, como es el de los 3.620 euros, que se sitúa en esta ocasión como tope, por encima de los 3.190 que regían en el anterior documento, y por los que la cuota a desembolsar era de 991 euros. Esta reincorporación supone la recogida “de los puntos de confluencia que se han manifestado en las anteriores reuniones”, explican fuentes ministeriales.

Desde la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae) lamentan que la cuota mínima siga estando por encima de los 184 euros que llegó a proponer inicialmente el ministerio, de la misma forma que para los tramos inferiores e intermedios “siguen previéndose unas cuotas lejos de nuestra propuesta”. Más duros se muestran desde la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), cuyo presidente, Lorenzo Amor, critica la variación de las cantidades. “La propuesta que se nos ha presentado hoy [por este lunes] es un retroceso en las negociaciones y que nos lleva a decir que en cada reunión que tenemos hay un nuevo tropiezo. El Gobierno sigue empeñado en llevar al suicidio de cotización a muchos autónomos”, asegura. Para la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), sin embargo, se trata de una buena propuesta. “Con ella se rebaja la aportación de 1.300.000 autónomos, que son los que tienen rentas inferiores a 700 euros, para los que supondrá un ahorro de 1.080 euros al año”, celebra su presidente, Eduardo Abado.

Más allá de la reelaboración de la tabla de asignaciones, el departamento de Escrivá ha presentado otras alteraciones que influyen en el cálculo de los rendimientos para clasificar a los autónomos. Si en un principio se había mostrado dispuesto a permitir una deducción de los gastos genéricos del 5%, ahora determina un porcentaje diferente en función de la tipología del autónomo: para los societarios será del 3%, y para los demás del 7%.

Sin embargo, dentro de la reunión de este lunes (que seguirá el mismo día de la próxima semana), el punto álgido se ha posicionado sobre el diseño de un esquema de protección para los trabajadores por cuenta propia en situación de dificultad. Este se sustentará a partir de la creación de una nueva prestación extraordinaria similar al Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo que contempla la reforma laboral para las empresas en crisis, y que, igual que sucede con ellas, también tendrá dos modalidades: cíclica y estructural.

La primera estará destinada a autónomos empleadores, quienes para optar a esta ayuda deberán estar aplicando un mecanismo RED autorizado a su plantilla; y después demostrar una caída de rendimientos netos del 50%. En el caso de aquellos autónomos sin asalariados a su cargo regirá también esta necesaria merma de la recaudación. Esta prestación extraordinaria cubrirá el 50% de la base mínima, no consumirá paro y llevará aparejada la exoneración total de la cuota.

En el caso de que se adopte la modalidad estructural los requisitos para los autónomos empleadores serán los mismos que los anteriores (aunque todavía no se ha determinado la cuantía de la caída de los ingresos), pero estos deberán participar en un proceso de recualificación. Además, tendrán una exención del 60% de la cotización durante lo que dure el ERTE estructural. Para los autónomos sin empleados la exención de la cuota será total durante seis meses.

Cese ordinario

Para redondear este escudo público, tan reclamado por algunas de las organizaciones, el Gobierno también ha planteado un reajuste de la prestación por cese ordinario. En caso de cese temporal de toda o parte de la actividad (siempre que la caída de los rendimientos sea de al menos el 50%), los autónomos recibirán una prestación que variaría en función de su base de cotización y no tendrían que pagar la cuota. Si se trata de un cese definitivo o suspensivo la prestación será del 100% y tampoco deberá abonarse la cuota.

En el caso de que se tratase de motivos económicos, solo aquellos que tengan trabajadores a su cargo verán modificada su situación con respecto a la anterior propuesta: deberán tener activo un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP) y acreditar una caída de ingresos sobre un umbral todavía sin determinar para poder percibir una prestación compatible con la actividad, y ser beneficiarios de una exención en el pago de las cuotas. Para aquellos que no tienen trabajadores a su cargo la situación no varía. “Se trata de un esquema de acción protectora para este colectivo, con un nuevo diseño en las prestaciones por cese de actividad, más dirigidas a cubrir las diferentes casuísticas a las que se pueden enfrentar los autónomos”, señalan desde el Ministerio de Seguridad Social.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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