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Gas natural
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las exportaciones estadounidenses no bastan

Tras un 2021 con el precio del gas disparado, el panorama para este año no parece más prometedor, con flujos más bajos desde Rusia

Moldavia crisis gas
Un trabajador de la compañía Gazprom, en julio del año pasado en una fábrica de la compañía en la región de Leningrado.Peter Kovalev (Peter Kovalev/TASS)

2021 se recordará —aparte de por la covid— como un año sin precedentes en el mercado del gas natural, en el que los precios en todo el mundo se han disparado hasta máximos históricos. La combinación del aumento de la demanda debido a un invierno frío en el hemisferio norte y la recuperación económica de las repercusiones de la covid y de un suministro de gas natural licuado (GNL) limitado inicialmente, hizo que el GNL se desviase de Europa hacia Asia y Sudamérica. Europa respondió utilizando grandes cantidades almacenadas y realizando luego inyecciones más lentas en el almacenamiento. Los menores flujos desde Rusia, que estaba reabasteciendo su almacenamiento, empeoraron la situación. En los tres últimos meses de 2021, los precios se incrementaron aún más, a pesar de la disminución de la demanda de Asia y de un pequeño incremento de la oferta de GNL.

La principal razón de que los precios fueran mucho más elevados fue la significativa reducción de los flujos desde Rusia por el gasoducto Yamal Europa a través de Bielorrusia y Polonia hasta Alemania. Aunque Gazprom está cumpliendo supuestamente sus compromisos con los compradores europeos, parece que mantiene fuera del mercado posibles emplazamientos de reservas por razones geopolíticas (para presionar al regulador alemán y a la Comisión Europea), económicas (para mantener los precios altos) o por ambas.

Al entrar en 2022, el panorama actual no parece más prometedor. Los flujos desde Rusia a través de Yamal Europa, y también por Ucrania, son todavía más bajos que en diciembre. Sin embargo, se envía cada vez más GNL hacia Europa para compensar la disminución de los flujos rusos y el tiempo más suave ha ralentizado ligeramente las extracciones del almacenamiento. No obstante, si la demanda asiática vuelve a repuntar es posible que Europa no pueda depender durante mucho tiempo de la llegada de cargamentos de GNL para contrarrestar los menores flujos de los gasoductos.

Las perspectivas para 2022 del mercado de GNL en cuanto a la oferta son mucho más positivas que las de 2021. Se están construyendo dos nuevas plantas de exportación de GNL en Estados Unidos y los problemas que afectaron a numerosas plantas de exportación en 2021 se están resolviendo, hasta cierto punto. Incluso con el aumento de la demanda asiática, especialmente en China, debería haber margen para que llegue más GNL a Europa. También es probable que la demanda de gas europea sea más baja este año, en parte por el tiempo más suave, pero también por las consecuencias de los precios elevados de la electricidad sobre la demanda de gas. Además, la demanda de Turquía fue muy importante en 2021, lo que refleja su mala energía hidráulica, pero podría recular algo en 2022.

Sin embargo, para reducir los precios desde los niveles actuales, que son muy elevados, es necesario reconstruir las reservas de gas almacenadas este verano. Aunque la producción de gas en Europa pueda mantenerse este año, la mayor fortaleza de la producción noruega y la perspectiva de una producción de Groningen (holandesa) mayor de la esperada, serán necesarias más importaciones a través de gasoductos desde Rusia, el norte de África, Irán y Azerbaiyán para almacenar más gas. Las importaciones hacia España e Italia desde Argelia fueron especialmente elevadas en 2021, y es más probable que sean menores en 2022 debido al cierre del gasoducto hacia España a través de Marruecos y al aumento de las necesidades de la propia Argelia. Por tanto, Europa dependerá mucho este año de que los flujos desde Rusia sean considerablemente más altos para bajar los precios. Algo que parece improbable sin la oportuna aprobación del Nordstream 2.

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