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Derechos laborales
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los sindicatos en la Europa de 2021

Los representantes de los trabajadores son unos aliados fiables que vuelven a ser imprescindibles en los tiempos convulsos que vivimos

Andreu Missé
Sindicatos
De izquierda a derecha: Gerardo Cuerva (Cepyme); Antonio Garamendi (CEOE); Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social; Unai Sordo (CC OO) y Pepe Álvarez (UGT).EFE

Los sindicatos europeos son muy conscientes de su pérdida de afiliación e influencia a consecuencia de las políticas de austeridad aplicadas tras la crisis de 2008 y el auge de la nueva economía que ha acelerado la precariedad.

Un estudio publicado por la Fundación Primero de Mayo, Un futuro sombrío: estudio de la afiliación sindical en Europa desde 2000, reconoce la existencia de “una tendencia casi permanente e inequívoca hacia la desindicalización”. El trabajo, de Kurt Vandaele, profundiza en la necesidad de defender los derechos de los trabajadores en nuevos escenarios como la economía de las plataformas y su nuevo papel en una “transición justa”, para seguir siendo “un poder compensatorio tanto en el mercado laboral como en la sociedad”.

En España, el desafío que afrontan los sindicatos afecta a derechos fundamentales de los trabajadores. Su debilidad por falta de representatividad es menos decisiva, no obstante, cuando se compara con las patronales, más incierta. En cualquier caso, los acuerdos entre Gobierno, sindicatos y patronales, como el alcanzado entre el Ministerio de Trabajo, las patronales CEOE y Cepyme, CC OO y UGT, sobre los derechos de los trabajadores de las plataformas, constituyen una base de estabilidad frente al proceso de radicalización política.

Los sindicatos llevan sobre sus espaldas la mayor parte de la tarea de recuperar los derechos perdidos por la reforma laboral del PP en 2012, exigida por la UE. Derogar aquella reforma significa esencialmente devolver el poder de los sindicatos en la negociación colectiva. La reforma estableció la prevalencia del convenio de empresa, (que generalmente fija peores condiciones) sobre los convenios sectoriales de ámbito superior. El cambio debilitó la protección de muchos trabajadores.

Europa trata de corregir sus errores. La negociación colectiva, que supone acordar las condiciones laborales esenciales entre sindicatos y patronales, vuelve a tomar fuera. El profesor Antonio Baylos ha destacado, en La Modernización y la reforma del sistema de relaciones laborales, “la revitalización de la negociación colectiva que la UE está promoviendo de manera muy potente, especialmente a través de la propuesta de directiva sobre el salario mínimo europeo y fomento de la negociación colectiva”. La recuperación del poder sindical es vital para reanimar la economía como explica el premio Nobel Joseph Stiglitz en Rewriting the Rules of the European Economy. El economista estadounidense aboga por reforzar a los sindicatos con más responsabilidades. Advierte de que “la descentralización de la negociación colectiva debilita el poder de negociación de los trabajadores”.

Stiglitz precisa que “en Irlanda, los países del Este y del Sur de Europa, la descentralización bajó aún más, hasta el nivel de empresa. La estrategia de la troika para la recuperación fue una devaluación interna, que requería que los salarios cayeran. Empresas y Gobiernos fueron presionados para debilitar a los sindicatos”. Y recuerda que “desgraciadamente estos cambios no condujeron a una mejora de la competitividad, ni del crecimiento y el empleo”.

Los sindicatos se comportan como unos aliados fiables que vuelven a ser imprescindibles en los tiempos convulsos que viven España y Europa.


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