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El precio de la gasolina y el gasoil, en máximos desde hace 11 meses

La patronal española de las gasolineras recuerda que las subidas también les perjudican a ellos

Gasolinera de BP en Kloten (Suiza), en una foto de archivo.
Gasolinera de BP en Kloten (Suiza), en una foto de archivo.ARND WIEGMANN (REUTERS)

La cotización del petróleo continúa al alza y esta semana ha tocado máximos anuales. El barril de crudo de referencia en EE UU (West Texas) y el de referencia en Europa (Brent) tocaron este jueves los 61 y 65 dólares, respectivamente, su precio más alto desde enero de 2020. En la misma línea, la gasolina y el gasoil continúan encareciéndose en España (y en el resto del mundo) y su precio se sitúa en 1,25 euros el litro de gasolina 95 y 1,13 euros el de gasoil, según el Boletín Petrolero de la Comisión Europea, el precio más caro de estos carburantes desde el 9 de marzo. Antonio Hernández, socio de la consultora EY, achaca estas subidas a la reactivación de la movilidad en ciertos países y a la reducción de la producción de petróleo, pero sobre todo a la esperanza de una recuperación de la economía mundial a medio plazo: “El mercado de petróleo está muy ligado a la oferta y la demanda, pero también a las expectativas”.

Desde comienzos de noviembre —cuando el precio de los combustibles comenzó a rebotar con los anuncios de las vacunas— el precio de la gasolina en España se ha disparado un 9,25% y el del gasoil un 11,5%, y en el resto de Europa se ha encarecido incluso más. La economía española, sin embargo, no acompaña estas subidas debido a la tercera ola de contagios, las restricciones de movilidad y los retrasos en la vacunación, pero el mercado del petróleo es global y avanza si otros países ya están en movimiento, como China y EE UU, según explican desde la Asociación Española de operadores de Productos Petrolíferos: “Independientemente de la recuperación de la economía española frente a otras, los precios internacionales son los mismos para todos”.

Además del aumento de la demanda de crudo en las dos mayores economías del mundo, Antonio Hernández explica el aumento del precio debido a los recortes en la producción de petróleo de la Organización de Países Productores de Petróleo y aliados (OPEP+) para los meses de febrero y marzo, fruto del enfriamiento en las previsiones de la economía mundial. También destaca la bajada de los inventarios mundiales de crudo, que sufrieron “una fuerte reducción hacia finales de año”, según la Agencia Internacional de la Energía. “Más demanda y menos oferta hacen que el precio se eleve”, resume el analista.

Las gasolineras salen perdiendo

La escalada de los precios del crudo se ha traducido en un encarecimiento de los carburantes, pero no en un aumento de las ganancias en las gasolineras españolas, que afrontan un recorte de las ventas de entre el 25% y el 30%, según estimaciones de la Asociación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar). “Algunos creen que cuando sube el precio, las gasolineras ganan... No, ganan menos porque venden menos”, subraya Víctor García, secretario general de la patronal.

El parón de la movilidad entre municipios y comunidades en 2020 y comienzos de 2021 ha provocado que los ingresos del sector se hayan hundido desde que comenzó la pandemia. De hecho, la caída de las ventas alcanza el 70% en las gasolineras próximas a fronteras de comunidades autónomas.

García explica que por cada litro que venden, el margen bruto que se quedan las estaciones y los mayoristas representa alrededor del 15% del precio final, mientras que el resto corresponde a impuestos (alrededor del 60%) y al precio del crudo (25%). No obstante, el porcentaje sobre el precio final del carburante que suponen los impuestos en España es menor que la media de la UE.

Pese a que el sector se encuentra “muy resentido”, desde Aevecar aseguran que el número de estaciones de servicio cerradas no ha sido destacable durante el pasado año, al contrario que en otros sectores, donde la caída de la facturación ha provocado una ola de cierres, como la hostelería. La razón, explica García, es que cerrar una gasolinera es “muy complicado”, especialmente las que llevan abiertas desde los años 60, 70 y 80. “La norma de aquellos años era: si instalas un tanque de combustible, ponle arena de río para que si tienes una fuga se filtre al terreno. Deshacerse de esas gasolineras te obliga a hacer un estudio medioambiental y después una limpieza, que puede ascender a más de 100.000 euros”.

Por este motivo, opina el representante, en los próximos meses no se esperan cierres, pero se prevén “muchos cambios de propietario, sobre todo las estaciones pequeñas sin músculo financiero”.

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