La gran banca duplica los saneamientos ante la pandemia: 40.385 millones solo en 2020
Las entidades confían en que aunque suba la morosidad este año no necesiten más provisiones
Las magnitud de crisis económica de la covid-19 ha forzado a la banca a realizar dotaciones que no se recordaban desde la crisis de 2012. Los seis bancos que cotizan en el Ibex 35 han saneado y provisionado sus créditos en 2020 con 40.385 millones, un 94% más que en 2019, lo que supone duplicarlas. La clave es que sean suficientes para contener la morosidad cuando se acaben las moratorias sobre los créditos. Mientras tanto, los seis bancos en su conjunto presentan pérdidas de 5.536 millones por los números rojos del Santander: 8.771 millones.
“No todas las provisiones son específicas por la pandemia, pero es difícil distinguirlas porque están relacionadas de una manera o de otra, con la crisis”, admitió ayer José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, durante la presentación de resultados.
Los analistas consultados creen que los bancos han hecho de la necesidad, virtud. Es decir, una vez que el BCE les ha reducido al mínimo el dividendo y que los inversores les han dado la espalda en la Bolsa, lo más prudente (e inteligente) ha sido disparar las provisiones y protegerse para la incertidumbre de 2021, aunque sea a costa de castigar la cuenta de resultados.
Morosidad encubierto por los ERTE
La apuesta es que la situación económica mejore en el segundo semestre y recuperen, vía beneficios, parte de lo provisionado en 2020, y se les recompense en el parqué una vez que el optimismo haya vuelto a los mercados.
Pero la incertidumbre es total y la situación puede complicarse. Según Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia, las grandes dotaciones indican la magnitud de la crisis, “que hasta ahora no se ha reflejado en la morosidad por dos motivos: las medidas económicas del Gobierno apoyando a las empresas y familias (avales ICO, ERTE) y por una cierta relajación en la regulación bancaria. En ausencia de ambas, la morosidad ya habría aumentado con fuerza”.
Tanto Carlos Torres, presidente del BBVA, y sobre todo Ana Botín, primera ejecutiva del Santander, han pedido ayudas directas para pymes y autónomos. “Ninguno de estos dos segmentos se pueden endeudar más porque son pequeños y no tienen capital ni capacidad de pago tras un gran parón de la actividad”, explica un directivo bancario que pide el anonimato. “O les das dinero directamente o no saldrán adelante”.
Los bancos quieren evitar la subida de la morosidad de comerciantes, hoteleros y hosteleros si se pierde la campaña de Semana Santa y parte de la de verano. Por eso invocan las ayudas del Estado, algo que hace un año se hubiera visto como propio de partidos de izquierdas.
El problema de algún banco débil
Saben, como apunta Maudos, que “el gran interrogante es hasta qué nivel aumentará la morosidad una vez las medidas de apoyo lleguen a su fin y si las provisiones hasta ahora efectuadas han sido suficientes. Consuela saber que la banca española en su conjunto tiene capital suficiente para afrontar un escenario adverso con la prueba de resistencia que hizo el Banco de España”.
Pero como siempre ocurre con las estadísticas, el problema puede venir de algunos casos individuales. “La imagen agregada del sector puede ocultar que algunas entidades, al partir de menores niveles de solvencia y rentabilidad, estén más expuestos a los sectores más castigados por la covid-19 y terminen necesitando ayuda”, advierte el profesor del Ivie.
Durante las dos semanas de presentación de resultados, los banqueros han insistido en que, a diferencia de 2012, esta vez las entidades financieras serán la solución y no el problema. En definitiva, que no habrá rescates de bancos con dinero público. Los supervisores se juegan su prestigio. Por eso, ante el retraso en la vacunación, todos piden el socorro del Estado. En el fondo, no es solo en beneficio de esas empresas, sino también para evitar una crisis bancaria.
El Santander lleva a pérdidas al grupo de bancos del Ibex
Las mayores entidades —Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter— se anotaron en 2020 unas pérdidas conjuntas de 5.553 millones que contrastan con los 13.500 millones de beneficios de 2019. Además de las pérdidas del Santander (8.771 millones), las primeras de su historia, el resto cerró con beneficios.
El más modesto fue el Sabadell, que obtuvo 2 millones, un 99,7% menos que el ejercicio anterior. La entidad se encuentra en un profundo cambio de gestión y orientación comercial, tras declinar fusionarse con el BBVA. Este banco ganó 1.305 millones, un 62,9% menos, por los saneamientos y el deterioro de su filial de EE UU. Sin embargo, tras vender este banco obtendrá 8.500 millones de capital, lo que le permitirá realizar compras u otras operaciones para elevar la cotización.
CaixaBank, que logró 1.381 millones, un 19% menos, está se fusionará con Bankia, que ganó 230 millones, un 57% menos. Bankinter, que apuesta por seguir en solitario, obtuvo 317 millones, un 42% menos.
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